En una reciente sesión de control al Gobierno, Cuca Gamarra, secretaria general del Partido Popular (PP), lanzó un fuerte mensaje al presidente Pedro Sánchez, instándolo a tomar decisiones claras en medio de la crisis de aranceles impuesta por Estados Unidos. Gamarra enfatizó la necesidad de unidad en Europa para enfrentar esta situación y advirtió que el Gobierno debe elegir entre los intereses de España y los de sus socios políticos.
Durante su intervención, Gamarra adoptó un tono combativo, afirmando que «nadie puede ir por libre» en esta crisis y demandando igualdad para todas las empresas, independientemente de su ubicación fiscal. La líder del PP acusó al Ejecutivo de aprovechar la situación para beneficiar a Junts, el partido independentista catalán, sugiriendo que Sánchez prioriza los intereses de sus aliados políticos sobre los de España.
Gamarra no escatimó en críticas hacia la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a quien calificó de «incapaz» de gestionar la situación actual. La secretaria general del PP exigió su dimisión, argumentando que Montero no ha logrado aprobar unos presupuestos que respeten a los ciudadanos. Además, recordó las recientes declaraciones de Montero que cuestionaban la presunción de inocencia en un caso judicial, lo que, según Gamarra, atenta contra un pilar fundamental de la democracia.
La dirigente del PP también se refirió a la influencia decreciente de Montero en el Gobierno, sugiriendo que ha sido «cesada de facto» en lo que respecta a las negociaciones sobre los aranceles. Gamarra ironizó sobre su papel, afirmando que ha quedado relegada a ser «ministra de mítines y vetos».
La crisis de aranceles ha generado un clima de incertidumbre en el ámbito económico, y el PP ha manifestado su disposición a colaborar con el Gobierno para abordar esta problemática, siempre que se prioricen los intereses nacionales. Sin embargo, Gamarra dejó claro que si el Ejecutivo decide favorecer a sus socios políticos en lugar de a España, no contarán con el apoyo del PP.
La situación actual plantea un desafío significativo para el Gobierno, que deberá encontrar un equilibrio entre las demandas de sus aliados y las necesidades del país. La presión del PP podría influir en la estrategia del Ejecutivo, especialmente en un contexto donde la economía se ve afectada por decisiones externas como los aranceles estadounidenses.
En este sentido, la postura del PP refleja una creciente preocupación por la gestión de la crisis económica y la necesidad de una respuesta unificada y efectiva. La exigencia de Gamarra de que el Gobierno elija entre España y sus socios resuena en un momento en que la cohesión política es más crucial que nunca para enfrentar los desafíos económicos que se avecinan.