Jéssica Rodríguez, expareja del exministro José Luis Ábalos, no se presentó a la comisión del Senado que investiga el caso Koldo, alegando problemas de salud. Sin embargo, fuentes cercanas a ella indican que había estado considerando su ausencia por motivos de ansiedad y estrés, lo que le ha llevado a una notable pérdida de peso en un corto periodo de tiempo. La decisión de no comparecer fue comunicada de manera repentina, justo dos minutos antes del inicio de la sesión, junto con un certificado médico que justificaba su incomparecencia.
La situación ha generado una serie de reacciones en el ámbito político, especialmente entre los miembros del Partido Popular (PP) y Vox, quienes han expresado su preocupación sobre la posibilidad de que su ausencia se deba a presiones externas o contraprestaciones. Desde el PP se ha solicitado que se investigue la documentación médica presentada por Rodríguez, dado que existen dudas sobre la veracidad de su estado de salud y la posibilidad de que haya llegado a un acuerdo para no declarar.
Durante la breve sesión de la comisión, que duró aproximadamente 20 minutos, los senadores mostraron su perplejidad ante la falta de comparecencia de Rodríguez, quien es considerada una figura clave en la investigación debido a su relación con Ineco y su conexión con Ábalos. Eloy Suárez, presidente de la mesa de la comisión, confirmó que la ausencia de Rodríguez había sido comunicada en el último momento, lo que dejó a los presentes sin la oportunidad de hacer las preguntas que habían preparado.
El caso Koldo ha estado rodeado de controversias y acusaciones de corrupción, y la incomparecencia de Rodríguez ha suscitado aún más interrogantes. Tanto el PP como Vox han manifestado su intención de solicitar nuevamente su comparecencia, aunque la gravedad de su estado de salud podría retrasar este proceso. La oposición ha señalado que es necesario establecer plazos claros para la presentación de justificaciones de incomparecencia, con el fin de evitar situaciones similares en el futuro.
Uno de los puntos más críticos de la investigación es la relación de Rodríguez con dos empresas públicas, Ineco y Tragsatec, donde supuestamente cobró salarios sin acudir a su puesto de trabajo. Además, se ha mencionado que podría haber recibido contraprestaciones de una trama corrupta, lo que ha llevado a los senadores a exigir claridad sobre el origen de los gastos relacionados con sus viajes y su salario. La UCO ha indicado que se realizaron cerca de 14 viajes, de los cuales se desconoce el financiamiento de varios de ellos.
La situación se complica aún más por el hecho de que Rodríguez ha retomado ciertos contactos en los últimos días, lo que ha llevado a especulaciones sobre su estado actual y su disposición a colaborar con la investigación. La falta de claridad en torno a su incomparecencia ha llevado a la oposición a calificar el asunto como un posible hecho gravísimo que podría implicar una vulneración de derechos constitucionales.
El caso Koldo, que involucra a varios actores políticos y empresariales, sigue siendo un tema candente en el Senado, y la ausencia de Jéssica Rodríguez ha dejado un vacío que muchos consideran crucial para el avance de la investigación. La presión sobre la comisión para obtener respuestas claras y rápidas se intensifica, y la situación de Rodríguez se convierte en un punto focal de atención mediática y política.
Mientras tanto, el PSOE ha intentado minimizar la importancia de las actas relacionadas con el caso, pero la oposición asegura que seguirán exigiendo respuestas y que el caso Koldo no se olvidará fácilmente. La situación actual plantea un escenario complicado, donde la salud de Rodríguez y su relación con el caso Koldo se entrelazan en un contexto de creciente tensión política.