La ministra de Defensa, Margarita Robles, enfrenta un nuevo desafío en su gestión, relacionado con la situación geopolítica actual y los problemas que España está experimentando para mantener sus contratos de compra de material militar a Israel. Esta situación ha surgido tras un incidente que involucró la compra de munición fabricada en Israel por parte del Ministerio del Interior, lo que ha generado tensiones entre el PSOE y sus aliados en el Gobierno y en el Congreso, especialmente con Yolanda Díaz y el partido Sumar como figuras destacadas de este desencanto.
Desde este incidente, el Gobierno de Pedro Sánchez ha comenzado a romper contratos en el sector de defensa con Israel, lo que complica los proyectos de rearme español que se han diseñado para afrontar la nueva estrategia de defensa europea. En este contexto, la preocupación por el desarrollo del sistema lanzacohetes SILAM (Sistema Lanzacohetes Alta Movilidad) ha crecido, ya que se considera una pieza clave para la recuperación artillera del Ejército de Tierra. Este sistema es una de las prioridades del Ministerio de Defensa, especialmente tras la importancia que han demostrado este tipo de armas en la Guerra de Ucrania y la necesidad de mantener una fuerza disuasoria en la frontera sur, especialmente en relación con Marruecos.
El SILAM está diseñado para sustituir al antiguo sistema Teruel, que fue retirado en 2010. La dependencia de Estados Unidos en la táctica de defensa europea ha sido notable, y la recuperación de la capacidad de fuego artillero se ha convertido en una obsesión para el ministerio y las cúpulas militares. Sin embargo, la reciente polémica en torno a la compra de material israelí, debido a las violaciones de derechos humanos en Palestina, ha complicado aún más la situación. Los actuales socios de Pedro Sánchez han dejado claro que no están dispuestos a aceptar contratos con Israel bajo estas circunstancias, lo que pone en peligro el desarrollo del nuevo lanzacohetes.
### El Proyecto SILAM y su Presupuesto
El programa SILAM cuenta con un presupuesto de 700 millones de euros, lo que permitiría la fabricación de aproximadamente 25 unidades. Este número supera las 18 unidades del sistema HIMARS que se espera que tenga Marruecos. El sistema, desarrollado por Elbit Systems, incluye los lanzacohetes PULS (Precise and Universal Launching System), que tienen un alcance de entre 40 y 150 kilómetros. Además, se contempla la posibilidad de adaptar misiles Predator, que podrían alcanzar hasta 300 kilómetros.
Sin embargo, la situación actual ha llevado a que el desarrollo de este sistema esté en receso. Desde el 7 de octubre de 2023, tras el ataque de Hamás, Israel ha reconocido haber recibido exportaciones de armas y municiones por un valor de 5,3 millones de euros, lo que contrasta con las cifras proporcionadas por el Gobierno español. Este informe, elaborado por el Centro Delás de Estudios por la Paz, ha puesto de manifiesto una discrepancia significativa en las cifras de exportación y ha denunciado una campaña de desinformación por parte del Ejecutivo español.
El informe también revela que España ha adjudicado 46 contratos a empresas militares israelíes por un total de 1.044 millones de euros desde el inicio del conflicto, siendo Elbit Systems y Rafael las principales adjudicatarias. Esto incluye productos desarrollados por empresas españolas a través de acuerdos de transferencia de tecnología, como el lanzacohetes SILAM y el misil Spike. A pesar de las declaraciones de Pedro Sánchez sobre el compromiso de no vender ni comprar armamento de Israel, la realidad de los contratos existentes plantea serias dudas sobre la viabilidad del proyecto SILAM.
### Implicaciones Geopolíticas y Futuro del SILAM
La situación actual no solo afecta a la capacidad de defensa de España, sino que también tiene implicaciones geopolíticas más amplias. La ruptura de contratos con Israel podría debilitar la posición de España en el contexto de la defensa europea, especialmente en un momento en que la cooperación y la capacidad de respuesta son más cruciales que nunca. La falta de un sistema de lanzacohetes moderno como el SILAM podría dejar a las fuerzas armadas españolas en una posición vulnerable, especialmente frente a las amenazas en la región del Mediterráneo.
La ministra Robles se encuentra en una encrucijada, ya que debe equilibrar las presiones internas de sus aliados políticos con la necesidad de fortalecer la defensa nacional. La falta de claridad sobre el futuro del SILAM y la posibilidad de alternativas viables complican aún más la situación. La presión para encontrar soluciones que no comprometan los principios éticos del Gobierno es alta, y el tiempo corre en contra de la ministra.
En resumen, la situación del sistema SILAM y los contratos con Israel es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta España en el ámbito de la defensa. La necesidad de modernizar las fuerzas armadas y mantener la capacidad disuasoria se enfrenta a un entorno político y social cada vez más complejo, donde las decisiones deben tomarse con cautela y responsabilidad.