La presión ejercida por Estados Unidos sobre sus aliados de la OTAN para incrementar el gasto en defensa ha cobrado un nuevo impulso, y España se encuentra en el centro de este debate. En una reciente reunión en Washington, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, instó al ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, a elevar la inversión militar del 2% al 5% del Producto Interior Bruto (PIB). Aunque España ha mostrado su compromiso de alcanzar el objetivo del 2% para 2025, la insistencia de Washington en que se debe ir «más allá» ha generado tensiones diplomáticas y un debate significativo en los círculos políticos y militares.
La reunión, que marcó el primer encuentro oficial entre Rubio y Albares, se produjo tras una serie de interacciones previas en el marco de la OTAN. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, destacó que, aunque se agradeció a España por cumplir con su compromiso, la Casa Blanca espera un mayor esfuerzo. Esta situación plantea un desafío considerable para el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien deberá navegar entre las demandas de sus socios internacionales y las realidades políticas internas, donde un aumento del gasto en defensa podría costarle el apoyo de la izquierda y de partidos como Junts.
### La Respuesta de España y el Debate Interno
Desde Madrid, la reacción de Albares fue inmediata. En una rueda de prensa posterior a la reunión, defendió el «enorme esfuerzo» realizado por el Gobierno español para cumplir con el compromiso del 2%. Albares enfatizó que el debate actual debería centrarse en la calidad y efectividad de la inversión en defensa, sugiriendo que no solo se trata de aumentar el gasto, sino de hacerlo de manera estratégica y efectiva. Sin embargo, su comunicación en redes sociales tras el encuentro fue notable por su silencio respecto al aumento del gasto en defensa, lo que podría interpretarse como un intento de manejar las expectativas y evitar un mayor énfasis público en una demanda que España considera excesiva en este momento.
La diplomacia española se enfrenta a un delicado equilibrio entre cumplir con los compromisos de la OTAN y gestionar las limitaciones económicas del país. La cuestión del gasto en defensa no se resolverá fácilmente, y se espera que sea uno de los temas centrales en la próxima cumbre de la OTAN en La Haya, programada para finales de junio. Allí, los países aliados discutirán un posible nuevo objetivo de gasto, que podría incluir la propuesta de elevar el gasto al 5% para 2032, con un desglose del 3.5% para inversión militar y el 1.5% restante para infraestructuras y otros temas relacionados.
Este escenario plantea un futuro en el que los países miembros de la OTAN se verán obligados a realizar un esfuerzo financiero aún mayor. Para España, cumplir con el 2% ya ha requerido una reorientación significativa de su presupuesto, y la posibilidad de un aumento adicional representa un desafío considerable. La clave estará en cómo se negocie este nuevo objetivo y qué flexibilidad se ofrezca a los aliados, considerando las diferentes realidades económicas y estratégicas de cada nación.
### Otros Temas en la Agenda Bilateral
A pesar de que el aumento del gasto en defensa fue un tema prominente en la reunión, la agenda entre Rubio y Albares abarcó otros asuntos de vital importancia. Uno de los temas recurrentes en las relaciones entre Estados Unidos y España es la inmigración irregular. Rubio reconoció la «sólida cooperación» de España en la lucha contra este fenómeno, lo que refleja la importancia de la colaboración en temas de seguridad y control fronterizo.
Además, las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea también fueron parte del diálogo, especialmente en el contexto de los nuevos aranceles globales anunciados por el presidente Trump. El comunicado del Departamento de Estado destacó la «decisiva acción del presidente Trump para remediar nuestro déficit comercial con la UE», lo que subraya la interconexión entre la política comercial y la defensa.
Los conflictos en Ucrania y Oriente Medio también fueron discutidos, con ambos líderes coincidiendo en la necesidad urgente de poner fin a estos conflictos. La postura de España, alineada con la Unión Europea, ha sido de apoyo incondicional a Ucrania y de búsqueda de soluciones pacíficas en Oriente Medio. Sin embargo, España también ha solicitado formalmente a Estados Unidos que utilice su influencia para poner fin a la violencia en Gaza, un tema delicado que podría complicar aún más las relaciones bilaterales.
La complejidad de la relación entre España y Estados Unidos se hace evidente en este contexto, donde la presión por aumentar el gasto en defensa se entrelaza con otros temas de cooperación y desafíos globales. A medida que se acercan las próximas cumbres y reuniones, será crucial observar cómo España maneja estas demandas y qué compromisos se alcanzan en el ámbito de la defensa y la seguridad internacional.