En las profundidades del océano, donde la luz es esencial para la vida, se está gestando una crisis ecológica de proporciones alarmantes. Más de una quinta parte de la superficie marina mundial ha experimentado un oscurecimiento en las últimas dos décadas, lo que ha llevado a una reducción significativa de la zona fótica, el hábitat donde prospera la mayoría de la vida marina. Este fenómeno, que ha pasado desapercibido para muchos, está comenzando a recibir la atención que merece, ya que sus implicaciones podrían ser devastadoras para los ecosistemas marinos y, por ende, para la salud del planeta.
### La Importancia de la Zona Fótica
La zona fótica se extiende hasta aproximadamente 200 metros de profundidad en el océano y es crucial para la vida marina. En esta capa, la luz solar y lunar permite la fotosíntesis del fitoplancton, que es la base de la cadena alimentaria en los océanos. La luz también regula una serie de procesos biológicos, desde la migración diaria del zooplancton hasta la reproducción de diversas especies marinas. Por lo tanto, cualquier alteración en la cantidad o calidad de luz que penetra en el océano puede tener efectos profundos en los ecosistemas marinos.
Un estudio reciente ha revelado que el coeficiente de atenuación difusa de la luz a 490 nm (K₁(490)), que mide cuánta luz es absorbida o dispersada en el agua, ha aumentado en el 21% de la superficie oceánica mundial. Esto indica que las aguas se han vuelto más opacas, lo que a su vez ha reducido la profundidad de la zona fótica en más de 50 metros en un 9% del área oceánica. Este oscurecimiento no se limita a las zonas costeras, donde la actividad humana suele ser la culpable, sino que también afecta a vastas regiones de mar abierto, incluyendo los océanos polares y el Atlántico noreste.
### Causas del Oscurecimiento Oceánico
El oscurecimiento de los océanos es un fenómeno complejo que resulta de múltiples factores. En las zonas costeras, el aumento de nutrientes y sedimentos, consecuencia de la actividad humana y cambios en el uso del suelo, favorece la proliferación de fitoplancton y materia orgánica disuelta, que absorben y dispersan la luz. Sin embargo, en mar abierto, el fenómeno parece estar relacionado con cambios en la circulación oceánica global y el calentamiento de la superficie marina, que alteran la distribución y concentración de organismos y partículas en suspensión.
La reducción de la zona fótica implica una pérdida de hábitat para numerosas especies que dependen de condiciones específicas de luz. Por ejemplo, la migración vertical diaria del zooplancton, el mayor desplazamiento de biomasa en el planeta, se verá forzada a realizarse en capas más superficiales, lo que podría tener repercusiones en la cadena alimentaria y en la dinámica de nutrientes. Además, el oscurecimiento podría desincronizar eventos reproductivos que dependen de los ciclos lunares y solares, afectando la reproducción y supervivencia de muchas especies marinas.
Desde un punto de vista biogeoquímico, la zona fótica es clave para la fijación de carbono y el ciclo global de nutrientes. Su reducción podría disminuir la productividad primaria y alterar los flujos de carbono hacia las profundidades, lo que tendría consecuencias sobre el clima global. Aunque aún se desconocen muchos de los impactos a largo plazo del oscurecimiento del océano, los investigadores advierten que sus efectos podrían ser severos y de gran alcance.
La magnitud de la pérdida de la zona fótica es comparable, en términos de extensión, a la deforestación terrestre ocurrida desde el año 2000. Esto resalta la urgencia de comprender y mitigar este proceso, ya que el futuro de los ecosistemas marinos y la salud del planeta dependen de ello. La comunidad científica hace un llamado a la acción para abordar este fenómeno y proteger la vida marina, que es esencial no solo para el equilibrio ecológico, sino también para la supervivencia humana en el planeta.