En el norte de la Comunidad de Madrid, se encuentra un lugar que parece haber quedado atrapado en el tiempo: Bellidas, un pequeño pueblo que una vez fue un núcleo vibrante de vida y que hoy se presenta como un ‘pueblo fantasma’. Este rincón de la sierra, que en su apogeo llegó a contar con un centenar de habitantes, ha visto cómo el paso de los años ha transformado sus calles en un paisaje de ruinas y abandono. La historia de Bellidas es un reflejo de la despoblación que ha afectado a muchas áreas rurales de España, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX.
La despoblación de Bellidas se consumó en la década de los 50, cuando sus últimos habitantes decidieron emigrar a Madrid y otras localidades más prósperas. Desde entonces, el pueblo ha permanecido deshabitado, con la excepción de un único hogar que resiste al paso del tiempo. Este hogar es el de Paco Racionero, un actor conocido por su participación en la popular serie de televisión ‘Aquí no hay quien viva’. Racionero adquirió la vivienda en los años 90 y la ha rehabilitado, convirtiéndola en su refugio personal.
### La Historia de Bellidas: Un Viaje al Pasado
La historia de Bellidas se remonta a la Edad Media, cuando el pueblo contaba con alcalde y oficiales públicos. A lo largo de los siglos, su población fue fluctuando, pero nunca alcanzó cifras muy elevadas. En el siglo XVI, Bellidas llegó a tener alrededor de un centenar de habitantes, lo que le otorgó cierta relevancia en la región. Sin embargo, la falta de oportunidades y el éxodo rural llevaron a la despoblación gradual del lugar.
Hoy en día, Bellidas se presenta como un lugar de interés para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Aunque no ofrece servicios básicos, su entorno natural es atractivo para quienes buscan desconectar de la vida urbana. Las calles del pueblo, cubiertas de vegetación y en estado de abandono, crean un ambiente misterioso y evocador. Los visitantes pueden disfrutar de rutas de senderismo que les permiten explorar la belleza del paisaje serrano y descubrir la historia oculta de este pueblo olvidado.
La cercanía de otros municipios como Buitrago de Lozoya, Somosierra y Horcajo de la Sierra también añade valor a la visita. Estos pueblos, que sí cuentan con servicios y una población activa, ofrecen la oportunidad de complementar la excursión a Bellidas con un recorrido por la rica cultura y tradiciones de la zona.
### Paco Racionero: El Último Habitante de Bellidas
Paco Racionero es un personaje singular que ha decidido hacer de Bellidas su hogar. Su historia es fascinante, no solo por su conexión con la serie ‘Aquí no hay quien viva’, sino también por su compromiso con la conservación de este lugar. Al adquirir la única vivienda habitable del pueblo, Racionero no solo ha encontrado un refugio, sino que también ha asumido la responsabilidad de mantener viva la memoria de Bellidas.
La rehabilitación de su casa ha sido un proyecto personal que refleja su amor por la historia y la cultura de la región. A pesar de que el pueblo carece de servicios, Racionero ha encontrado en la tranquilidad y el aislamiento de Bellidas un espacio para la reflexión y el descanso. Su presencia ha traído un rayo de vida a un lugar que, de otro modo, estaría completamente olvidado.
La historia de Bellidas y su último habitante es un recordatorio de la importancia de preservar la memoria histórica de los lugares. En un mundo donde la urbanización avanza a pasos agigantados, es fundamental reconocer y valorar los espacios que han sido testigos de la vida de generaciones pasadas. Bellidas, con su atmósfera nostálgica y su belleza natural, invita a los visitantes a reflexionar sobre el paso del tiempo y la fragilidad de la vida en los pueblos rurales.
En definitiva, Bellidas no es solo un pueblo deshabitado; es un símbolo de la historia rural de España y un lugar donde la naturaleza y la cultura se entrelazan. La figura de Paco Racionero, como último habitante, añade un toque humano a esta narrativa, recordándonos que incluso en los lugares más olvidados, la vida puede encontrar una forma de persistir.