El verano es una época del año que muchos esperan con ansias, llena de sol, vacaciones y momentos de alegría. Sin embargo, para las personas diagnosticadas con autismo, esta estación puede presentar una serie de desafíos que a menudo pasan desapercibidos para quienes no comparten esta condición. Sara Codina, una escritora y divulgadora que fue diagnosticada con autismo a los 41 años, comparte su experiencia sobre cómo el verano afecta su vida diaria y las estrategias que utiliza para sobrellevar esta época del año.
**Retos Sensoriales y Sociales en la Temporada Estival**
Uno de los principales retos que enfrenta Sara durante el verano son los cambios en su rutina diaria. Para muchas personas, el verano significa vacaciones y relajación, pero para quienes tienen autismo, la falta de estructura puede ser abrumadora. «Necesito estructura en mi vida, y cuando esa estructura desaparece, entro en un estado extraño, como de aturdimiento y con un cierto desasosiego», explica.
Los cambios de temperatura y la hipersensibilidad a estímulos sensoriales también juegan un papel importante en su experiencia. El calor extremo, el sudor y los olores intensos pueden resultar insoportables. «El sudor implica cambios de textura en la ropa, humedad, olores intensos… para quienes tenemos hipersensibilidad olfativa, puede ser una auténtica tortura», comenta.
Además, los sonidos del entorno pueden ser abrumadores. Sara menciona que no tiene un filtro que amortigüe los ruidos, lo que hace que cada sonido le llegue como un tsunami. Esto puede interferir significativamente en su bienestar diario, haciendo que evite lugares concurridos como playas, restaurantes y fiestas populares.
**Estrategias para Mantener la Estabilidad**
A pesar de los desafíos, Sara ha desarrollado varias estrategias para mantener una sensación de estabilidad durante el verano. Una de las más efectivas es la planificación. «Intento mantener ciertas rutinas, aunque sean diferentes a las del resto del año. Apunto todo lo que tengo previsto hacer cada semana en mi agenda, por simple que sea», dice. Esta planificación le proporciona un sentido de orden y previsibilidad en medio del caos veraniego.
Además, Sara se esfuerza por mantener horarios relativamente estables, como despertarse, comer y acostarse a horas similares cada día. Esto le ayuda a crear una estructura que le brinda seguridad, incluso cuando su rutina habitual se ve alterada.
La anticipación también juega un papel crucial en su bienestar. Aunque planificar puede ser complicado, especialmente en verano, Sara reconoce que tener un plan le ayuda a sentirse más en control. Sin embargo, también admite que la falta de obligaciones laborales durante esta época puede llevarla a perder el equilibrio entre lo que necesita y lo que la desregula.
Sara también enfrenta las expectativas sociales típicas del verano, como reuniones familiares y vacaciones compartidas. Aunque disfruta de la compañía de sus amigos, estas interacciones pueden ser agotadoras. «El problema no es querer; lo complicado, muchas veces, es cómo llegar a esos vínculos», explica.
Para aquellos que no están familiarizados con el autismo, puede ser difícil comprender las necesidades de Sara. Ella enfatiza la importancia de la comunicación y la pedagogía en su entorno social. «Quienes conocen bien mi condición y mis necesidades, sí comprenden. Pero para que eso ocurra hay que hacer mucha pedagogía: hablar, explicar, responder preguntas, aclarar malentendidos», dice.
**Actividades que Proporcionan Calma**
A pesar de los desafíos, Sara ha encontrado actividades que le ayudan a sentirse más tranquila durante el verano. Una de sus favoritas es sumergirse en el agua, especialmente en el mar. «Podría estar horas flotando en el mar y escuchando los sonidos del agua mientras miro las nubes», comparte. También disfruta de navegar y desconectar en la montaña, donde puede disfrutar de la naturaleza y un clima más fresco.
El verano puede ser una época de alegría y descanso para muchos, pero para las personas autistas, puede ser un periodo lleno de desafíos. La experiencia de Sara Codina resalta la importancia de la comprensión y la empatía hacia quienes enfrentan estas dificultades. A través de la planificación, la comunicación y la búsqueda de actividades que proporcionen calma, es posible encontrar un equilibrio que permita disfrutar de esta estación del año, a pesar de los obstáculos que pueda presentar.