La periodista Montse Santolino ha dedicado gran parte de su carrera a visibilizar las luchas y problemáticas de los barrios periféricos de Catalunya. Su reciente obra, «En legítima defensa de classe», compila una década de columnas en las que aborda la desigualdad social, el feminismo, el racismo y la defensa de los servicios públicos. En una conversación profunda, Santolino comparte su perspectiva sobre la situación actual de la izquierda y la necesidad de reconstruir puentes entre las diferentes realidades sociales.
### La Visión desde la Periferia
Santolino, quien vive en el barrio de la Florida en l’Hospitalet de Llobregat, ha sido testigo de las transformaciones y desafíos que enfrentan las comunidades más vulnerables. En su obra, destaca cómo la izquierda ha estado desconectada de la realidad de estos barrios, donde la ultraderecha ha encontrado un terreno fértil para sembrar miedo y desconfianza. «Llevamos años advirtiendo que las izquierdas no están en los barrios pobres y la ultraderecha sí», afirma, subrayando la importancia de que los partidos de izquierda reconozcan su ausencia en estos espacios.
La periodista señala que la falta de representación y atención a las realidades de los barrios periféricos ha llevado a una creciente desconfianza hacia las instituciones. «Los relatos oficiales invisibilizan a miles de catalanes», dice, y enfatiza que es crucial que los medios de comunicación y los políticos escuchen y se involucren con estas comunidades. La desconexión entre la política y la vida cotidiana de las personas en situación de vulnerabilidad es un tema recurrente en sus escritos.
Santolino también menciona que la precariedad en el sector periodístico ha dificultado la llegada de voces auténticas desde las periferias. «La falta de recursos en los medios digitales impide que haya periodistas que puedan pisar la calle y conocer a fondo la realidad de estas comunidades», explica. Esto, a su vez, contribuye a que los discursos de odio y la ultraderecha ganen terreno, ya que la información que llega a estos barrios a menudo carece de contexto y veracidad.
### La Lucha por la Esperanza
A pesar de los desafíos, Santolino se muestra optimista sobre la capacidad de cambio. «No tenemos derecho a perder la esperanza, ni tenemos derecho a rendirnos», afirma con convicción. Para ella, el periodismo debe ser un vehículo de esperanza y cambio, y cada columna que escribe busca abrir puertas a nuevas posibilidades. La periodista enfatiza que es fundamental no solo diagnosticar problemas, sino también proponer soluciones y alternativas viables.
La conversación se adentra en el papel de la izquierda en la actualidad. Santolino critica la falta de propuestas concretas y la desconexión de los partidos con las realidades de los barrios. «Hacer discursos y tener buenas ideas no es suficiente», dice, y aboga por una mayor implicación de los políticos en la vida cotidiana de las comunidades que dicen representar. La necesidad de reconstruir puentes entre las diferentes facciones de la izquierda es un tema central en su discurso, ya que considera que la fragmentación actual solo beneficia a la ultraderecha.
La periodista también reflexiona sobre el futuro de Catalunya y la importancia de incluir a todos los sectores de la población en la construcción de un país más justo. «El 40% de los niños que están naciendo son hijos de migrantes. ¿Qué país estamos construyendo si no tenemos en cuenta estas realidades?», pregunta, enfatizando que la desigualdad estructural debe ser abordada de manera integral para evitar una mayor fractura social.
En su obra, Santolino combina historias personales con datos oficiales, creando un relato que no solo informa, sino que también conmueve. Su enfoque humanista y su compromiso con la verdad la han convertido en una voz respetada en el ámbito del periodismo social. A través de sus columnas, busca dar voz a quienes han sido silenciados y visibilizar las luchas que a menudo quedan fuera del radar mediático.
La periodista concluye su reflexión con un llamado a la acción: «Es necesario que todos nos impliquemos en la lucha por la justicia social. No podemos permitir que el miedo y la desesperanza dominen nuestras vidas. La organización y la lucha colectiva son fundamentales para cambiar las cosas». Su mensaje resuena como un recordatorio de que, a pesar de los desafíos, la esperanza y la lucha por un futuro mejor son posibles si se trabaja en conjunto y se escucha a las voces de las periferias.