En medio de un conflicto que se intensifica en Gaza, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se encuentra en una encrucijada. Recientemente, se reunió con el jefe del Estado Mayor del Ejército, Eyal Zamir, para discutir las estrategias a seguir en el enclave palestino. Esta reunión, que duró tres horas, se centró en las opciones para continuar con la guerra en Gaza, un tema que ha suscitado un amplio debate tanto en el ámbito político como militar.
La oficina del primer ministro emitió un comunicado en el que se afirmaba que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estaban preparadas para implementar cualquier decisión que tomara el gabinete político y de seguridad. Sin embargo, este anuncio se produce en un contexto de creciente desconfianza entre los altos mandos militares y el gobierno, especialmente después de que se filtraran informaciones sobre desacuerdos internos respecto a la estrategia de ocupación.
### Desacuerdos Internos en el Ejército
Los mandos militares han expresado su preocupación sobre el plan de Netanyahu para una ocupación total de Gaza. Existen temores de que esta estrategia pueda resultar en un aumento de bajas tanto entre las fuerzas israelíes como entre la población civil palestina. Además, hay un temor latente de que una ocupación prolongada podría desencadenar represalias por parte de Hamás, que aún mantiene a varios rehenes desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023.
En este contexto, se espera que el Jefe del Estado Mayor presente un plan alternativo que contemple operaciones específicas de asedio, evitando así una ocupación completa y permanente. Esta propuesta busca minimizar el riesgo de bajas y mantener la presión sobre Hamás sin comprometer la seguridad de los rehenes.
Netanyahu, por su parte, ha intentado mostrar unidad en el frente militar. En una visita a un grupo de reclutas, agradeció su sacrificio y enfatizó la necesidad de derrotar al enemigo en Gaza. «No renunciaremos a ninguna de estas tareas y lo haremos juntos mediante el gran sacrificio de nuestros combatientes, hombres y mujeres», declaró el primer ministro, intentando así calmar las tensiones internas.
### Presiones Políticas y Reacciones del Gobierno
La situación se complica aún más con las declaraciones de miembros del gobierno, quienes han exigido al Jefe del Estado Mayor que respete las directrices políticas, incluso si esto implica una ocupación. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha sido uno de los más vocales en este sentido, instando a Zamir a que declare su compromiso con las decisiones del gabinete, independientemente de su opinión profesional.
Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa’ar, también ha hecho eco de esta demanda, subrayando que el Jefe del Estado Mayor debe expresar su posición sin vacilaciones. Esto refleja una creciente presión sobre el ejército para que se alinee con las decisiones políticas, lo que podría tener implicaciones serias en la estrategia militar y en la moral de las tropas.
La división entre el ejército y el gobierno no solo afecta la estrategia militar, sino que también podría influir en la percepción pública del conflicto. A medida que las tensiones aumentan, la población israelí se enfrenta a un dilema: apoyar una ocupación que podría prolongar el conflicto o buscar soluciones alternativas que prioricen la seguridad y la vida de los rehenes.
En este contexto, el futuro de la estrategia militar en Gaza sigue siendo incierto. A medida que se desarrollan los acontecimientos, tanto el gobierno como el ejército deberán encontrar un equilibrio entre las exigencias políticas y las realidades en el terreno. La presión internacional y la opinión pública también jugarán un papel crucial en la toma de decisiones, lo que añade otra capa de complejidad a una situación ya de por sí volátil.