El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha reafirmado su compromiso con el plan militar para controlar Gaza, argumentando que esta estrategia es la más efectiva para poner fin al conflicto de manera rápida. En una reciente rueda de prensa, Netanyahu destacó que su objetivo no es ocupar Gaza, sino liberarla del control de Hamás, el grupo militante que ha gobernado la Franja desde 2007. Esta declaración se produce en un contexto de creciente presión tanto a nivel nacional como internacional, donde su gobierno ha sido criticado por la expansión de las operaciones militares en el enclave.
### Estrategia Militar y Críticas Humanitarias
Netanyahu ha defendido su enfoque, asegurando que se están tomando medidas para proteger a los civiles en Gaza. «Permitiremos que los civiles abandonen las zonas de combate y se dirijan a áreas seguras», afirmó, añadiendo que se les proporcionará asistencia humanitaria, incluyendo alimentos, agua y medicamentos. Sin embargo, estas afirmaciones han sido recibidas con escepticismo por parte de organizaciones humanitarias y gobiernos extranjeros, que acusan a Israel de implementar una política de hambruna y de obstaculizar la entrada de ayuda humanitaria.
El primer ministro israelí respondió a estas acusaciones diciendo: «Si tuviésemos una política de hambruna, nadie en Gaza habría sobrevivido después de dos años de guerra». Netanyahu argumentó que su gobierno ha permitido la entrada de casi dos millones de toneladas de ayuda humanitaria y ha hecho esfuerzos para coordinar la asistencia con otros países, incluyendo Estados Unidos.
Durante la rueda de prensa, Netanyahu presentó un mapa que delineaba las áreas que Israel busca controlar en Gaza, así como las medidas que se están implementando para facilitar la distribución de ayuda. Esto incluye la creación de corredores seguros y el aumento de los puntos de distribución de asistencia. Sin embargo, muchos críticos sostienen que estas medidas son insuficientes y que el sufrimiento de la población civil en Gaza continúa en aumento.
### Rehenes y la Continuidad del Conflicto
Uno de los puntos más controvertidos de la estrategia de Netanyahu es la situación de los rehenes que aún están en manos de Hamás. Las familias de los rehenes han expresado su preocupación de que la expansión militar ponga en riesgo la vida de sus seres queridos. Netanyahu ha reconocido esta preocupación, afirmando que su objetivo es liberar a los 20 rehenes que permanecen cautivos, así como a otros que estaban vivos al inicio del conflicto. «No quiero prolongar la guerra, quiero terminarla», enfatizó, sugiriendo que otras propuestas para abordar la situación podrían haber prolongado el conflicto.
La presión sobre Netanyahu ha aumentado no solo por las críticas externas, sino también por la oposición interna. Algunos miembros de su propio gabinete y altos mandos militares han expresado dudas sobre la efectividad de su plan, sugiriendo que podría ser contraproducente y exacerbar la violencia en la región. A pesar de esto, Netanyahu se mantiene firme en su enfoque, insistiendo en que su estrategia es la única viable para lograr una paz duradera en la región.
La situación en Gaza sigue siendo crítica, con informes de un aumento en el número de víctimas civiles y un acceso limitado a recursos básicos. La comunidad internacional observa con atención, y muchos países han comenzado a cuestionar la legitimidad de las acciones de Israel en el enclave. A medida que la crisis humanitaria se agrava, la presión sobre Netanyahu para cambiar su enfoque podría intensificarse, aunque por el momento, el primer ministro parece decidido a seguir adelante con su plan militar.