La energética danesa Orsted, reconocida como la mayor promotora mundial de eólica marina, se enfrenta a un momento crítico en su trayectoria. A pesar de reportar resultados financieros positivos en el primer semestre de 2025, la compañía ha visto cómo su valor en bolsa se desplomaba un 28% debido a la incertidumbre en el mercado de energía eólica marina en Estados Unidos. Este artículo explora la situación actual de Orsted, sus decisiones estratégicas y el impacto de la política energética estadounidense en su futuro.
**Resultados Financieros y Estrategias de Capital**
Orsted ha presentado resultados financieros sólidos hasta junio de 2025, con un incremento del 10,7% en ingresos, alcanzando los 5.069 millones de euros. El resultado bruto de explotación (EBITDA) se ha elevado a 1.862,47 millones, lo que ha llevado a su CEO, Rasmus Errboe, a expresar satisfacción con el desempeño operativo de la empresa. Sin embargo, la situación en el mercado de la eólica marina en Estados Unidos ha llevado a la compañía a tomar decisiones difíciles, como la suspensión de la salida parcial del proyecto Sunrise Wind, ubicado frente a la costa de Nueva York.
La decisión de suspender este proyecto se debe a la falta de condiciones que fortalezcan su estructura de capital. Para abordar esta situación, Orsted ha anunciado una ampliación de capital por un total de 8.037 millones de euros. Esta operación se llevará a cabo con derecho de suscripción preferente, lo que significa que los accionistas actuales tendrán prioridad para adquirir nuevas acciones, permitiéndoles mantener o aumentar su participación en la empresa. El Estado danés, que posee el 50,1% de Orsted, ha confirmado su intención de participar en esta ampliación, lo que subraya la importancia estratégica de la compañía para el gobierno danés.
La ampliación de capital no solo busca fortalecer la estructura financiera de Orsted, sino también apoyar sus inversiones y planes de negocio en un contexto de creciente incertidumbre. A pesar de los desafíos en el mercado estadounidense, la empresa continúa avanzando en la venta de otros parques eólicos marinos, como Changhua 2 en Taiwán y Hornsea 3 en el Reino Unido, con la expectativa de obtener unos 4.689 millones de euros a través de estas desinversiones en el corto plazo.
**Impacto de la Política Energética de EE. UU.**
La situación de Orsted se complica aún más por la política energética del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha mostrado un claro rechazo hacia la energía eólica marina, considerándola ineficaz y perjudicial. En su segundo mandato, el presidente suspendió la concesión de nuevos arrendamientos y permisos para proyectos de eólica marina, lo que ha generado un clima de incertidumbre que afecta no solo a Orsted, sino a toda la industria de energías renovables en el país.
La cancelación de nuevos proyectos de eólica marina por parte de la administración Trump ha llevado a Orsted a replantear sus estrategias en el mercado estadounidense. La empresa, que había apostado fuertemente por el desarrollo de esta fuente de energía en EE. UU., ahora se enfrenta a la necesidad de ajustar sus planes y buscar alternativas que le permitan mantener su posición en el sector. La política energética de Trump, que incluye un enfoque en el fracking y el uso de combustibles fósiles, contrasta con las tendencias globales hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones de carbono.
A pesar de estos desafíos, Orsted ha logrado mantener un crecimiento en sus resultados financieros, lo que indica que la empresa tiene una base sólida sobre la cual construir su futuro. Sin embargo, la dependencia de la política estadounidense y la incertidumbre en el mercado de la eólica marina plantean riesgos significativos que la compañía deberá gestionar con cuidado.
En resumen, Orsted se encuentra en una encrucijada, donde sus decisiones estratégicas en torno a la ampliación de capital y la gestión de sus proyectos de eólica marina serán cruciales para su éxito a largo plazo. La interacción entre sus resultados financieros y el entorno político en Estados Unidos será determinante para el futuro de la compañía en un mercado cada vez más competitivo y desafiante.