La situación de los incendios forestales en Galicia ha puesto de manifiesto una serie de descoordinaciones y carencias en la gestión de recursos por parte de la Xunta. A pesar de las declaraciones del presidente gallego, Alfonso Rueda, sobre la disponibilidad de un amplio dispositivo de efectivos, la realidad ha demostrado que muchos de estos recursos no se han movilizado adecuadamente, lo que ha generado críticas y preocupaciones sobre la eficacia del operativo contra el fuego.
Uno de los puntos más controvertidos ha sido la discrepancia entre las cifras de efectivos que la Xunta afirmaba tener disponibles y los que realmente se han desplegado. En mayo, Rueda aseguró que contaban con más de 7,000 personas para combatir los incendios, pero la cifra real, según el plan de prevención y defensa contra incendios forestales (Pladiga) 2025, era de menos de 5,200. Esta diferencia ha suscitado dudas sobre la veracidad de las afirmaciones del presidente y ha llevado a cuestionar la preparación del dispositivo de emergencias.
### Descoordinación en la Solicitud de Recursos
La Xunta ha estado solicitando más medios al Gobierno central, tanto a través de declaraciones públicas como de peticiones escritas. Sin embargo, estas solicitudes han sido enviadas de manera descoordinada por diferentes departamentos, lo que ha generado confusión y ha puesto en evidencia la falta de un plan claro y unificado para enfrentar la crisis de incendios. Por ejemplo, el 15 de agosto, la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, envió una carta al delegado del Gobierno en Galicia pidiendo más maquinaria y personal, mientras que el director general de Emergencias, Santiago Villanueva, hizo una solicitud similar pocas horas después, pero sin coordinarse con su colega.
Esta falta de coordinación se ha traducido en una respuesta ineficaz ante una emergencia que ya había devastado cerca de 40,000 hectáreas y obligado a evacuar a cientos de personas. Las solicitudes no especificaban los criterios técnicos ni las localizaciones concretas donde se requerían los refuerzos, lo que ha llevado a una distribución ineficiente de los recursos disponibles.
El presidente Rueda, en una rueda de prensa posterior a una visita a un centro de coordinación en Ourense, expresó su frustración por la llegada tardía de los refuerzos prometidos por el Gobierno central. A pesar de que la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya estaba presente en la zona, Rueda insinuó que el Gobierno podría estar reservando recursos intencionadamente, lo que generó un clima de desconfianza y acusaciones entre las administraciones.
### La Realidad de los Recursos Disponibles
La Xunta ha presentado cifras contradictorias sobre el número de efectivos disponibles para combatir los incendios. Mientras que Rueda hablaba de más de 7,000 efectivos, el plan oficial solo contemplaba 5,189. Esta discrepancia ha llevado a la Confederación Intersindical Galega (CIG) a cuestionar la gestión de la Xunta, señalando que muchas de las plazas disponibles estaban vacantes debido a bajas, jubilaciones y otras ausencias que no fueron cubiertas.
La CIG ha criticado la falta de preparación y la gestión improvisada del operativo, señalando que muchos de los nuevos reclutas carecían de la experiencia y formación necesarias para enfrentar una crisis de tal magnitud. La falta de personal capacitado ha sido un factor determinante en la efectividad de la respuesta a los incendios, y ha puesto en riesgo no solo la seguridad de los trabajadores, sino también la de la población afectada.
La Xunta ha intentado justificar la falta de recursos y la desmovilización de algunos bomberos, alegando que se trataba de un error administrativo. Sin embargo, esta situación ha generado aún más incertidumbre y desconfianza entre los ciudadanos, que ven cómo sus hogares y tierras están en peligro mientras las autoridades parecen no tener un plan claro para abordar la crisis.
La situación actual en Galicia es un claro reflejo de la necesidad de una mejor coordinación y planificación en la gestión de emergencias. La falta de recursos, la descoordinación entre departamentos y las cifras contradictorias sobre el personal disponible son solo algunos de los problemas que han surgido en medio de esta crisis. La población gallega espera respuestas efectivas y una gestión más transparente por parte de sus autoridades, que les permita enfrentar de manera más eficaz los desafíos que presentan los incendios forestales.