Las tensiones sociales en Madrid han alcanzado un nuevo pico con la reciente movilización de grupos de ultraderecha en torno a un centro de acogida de migrantes en Hortaleza. Este fenómeno ha sido impulsado por la participación activa de Vox, un partido político que ha hecho de la xenofobia uno de sus pilares fundamentales. La situación se ha vuelto aún más compleja con la intervención de grupos franquistas que han decidido unirse a estas manifestaciones, lo que ha generado un clima de polarización y confrontación en la capital española.
La manifestación que tuvo lugar el 2 de septiembre de 2025, organizada por Vox, se centró en el rechazo a la inmigración, utilizando como excusa un caso de violación que involucró a un menor migrante. Este tipo de incidentes son frecuentemente explotados por partidos de extrema derecha para alimentar su narrativa antiinmigrante. En esta ocasión, la concentración no solo atrajo a miembros de Vox, sino también a los conocidos «Patriotas de Ferraz», un grupo que ha estado protestando regularmente frente a la sede del PSOE, el partido en el poder.
La presencia de los franquistas en la protesta de Hortaleza no fue casual. Estos grupos han estado organizando movilizaciones diarias en Ferraz, y su traslado a Hortaleza marca un cambio estratégico en su enfoque. La combinación de fuerzas entre Vox y estos grupos de ultraderecha ha llevado a un aumento en la retórica violenta y xenófoba, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y la cohesión social en Madrid.
### La Estrategia de Vox y el Uso de la Violencia Verbal
Vox ha sabido capitalizar el descontento social en torno a la inmigración, utilizando tácticas de miedo y desinformación para movilizar a sus bases. Durante la manifestación en Hortaleza, se escucharon consignas que deshumanizaban a los migrantes, con gritos como «No son menores, son violadores». Este tipo de lenguaje no solo es incendiario, sino que también refleja una estrategia deliberada para crear un ambiente hostil hacia los inmigrantes, especialmente aquellos que buscan refugio en España.
La diputada de Vox, Rocío de Meer, fue una de las figuras destacadas en la manifestación, donde realizó declaraciones que alimentaron aún más la narrativa de odio. La participación de figuras políticas en estas concentraciones es un claro indicativo de cómo la política española está siendo influenciada por la extrema derecha, que busca normalizar el discurso de odio en el debate público. La presencia de los franquistas, que a menudo utilizan simbología de la dictadura, añade una capa adicional de preocupación, ya que su ideología está profundamente arraigada en la historia de España.
Los «Patriotas de Ferraz» han sido acusados de utilizar tácticas de intimidación en sus protestas, y su participación en el acto de Vox en Hortaleza sugiere una colaboración más estrecha entre estos grupos. La retórica utilizada por los asistentes, que incluye afirmaciones como «genocidio español», revela un nivel de desinformación y paranoia que puede tener consecuencias peligrosas en la sociedad. Este tipo de discurso no solo incita al odio, sino que también puede llevar a actos de violencia contra comunidades vulnerables.
### La Respuesta de las Autoridades y la Sociedad Civil
La respuesta de las autoridades ante estas manifestaciones ha sido objeto de debate. La Delegación del Gobierno ha indicado que no descarta sancionar a los dirigentes de Vox que participaron en la concentración, lo que podría ser un paso hacia la regulación de la actividad de estos grupos. Sin embargo, muchos críticos argumentan que las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes para abordar el problema de fondo: la normalización del discurso de odio en la política española.
La sociedad civil también ha comenzado a movilizarse en respuesta a estas manifestaciones. Organizaciones de derechos humanos y grupos proinmigrantes han denunciado la violencia verbal y la desinformación que rodean a estas protestas. La necesidad de un frente unido contra el extremismo se ha vuelto más urgente que nunca, especialmente en un contexto donde la polarización política está en aumento.
El clima de tensión en Madrid es un reflejo de una tendencia más amplia en Europa, donde los partidos de extrema derecha están ganando terreno en varios países. La combinación de crisis económicas, descontento social y la percepción de una amenaza cultural ha llevado a un resurgimiento de ideologías que muchos creían superadas. En este sentido, la situación en Madrid puede ser vista como un microcosmos de un fenómeno más amplio que está afectando a la política europea en su conjunto.
La colaboración entre Vox y grupos franquistas en las protestas de Hortaleza es un claro indicativo de cómo la ultraderecha está buscando consolidar su poder y ampliar su base de apoyo. La retórica de odio y la deshumanización de los migrantes son tácticas que han demostrado ser efectivas para movilizar a las masas, pero que también representan un grave riesgo para la cohesión social y la democracia en España.
La situación en Madrid es un llamado a la acción para todos aquellos que valoran la diversidad y la inclusión. La lucha contra el extremismo y la defensa de los derechos humanos son tareas que requieren un esfuerzo colectivo, y es esencial que la sociedad civil, las instituciones y los partidos políticos trabajen juntos para contrarrestar la influencia de la ultraderecha. La historia ha demostrado que el silencio y la inacción ante el extremismo pueden tener consecuencias devastadoras, y es responsabilidad de todos asegurar que la historia no se repita.