La llegada del otoño trae consigo un cambio significativo en nuestras rutinas diarias. Con el inicio del último trimestre del año, se acumulan proyectos, reuniones y objetivos que deben cumplirse antes del cierre anual. Este periodo, aunque emocionante, también puede ser una fuente de estrés que impacta en nuestra salud y bienestar. Un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto es cómo nuestras elecciones alimentarias en el trabajo pueden reflejar y, a su vez, influir en nuestra gestión del estrés.
### La Alimentación Emocional y su Impacto en el Estrés
Un estudio reciente revela que un 67% de los empleados en España recurre a la alimentación emocional, es decir, comen para manejar el estrés o la ansiedad durante su jornada laboral. Este comportamiento puede manifestarse de diversas maneras, como optar por alimentos ultraprocesados o comer de manera apresurada. La falta de tiempo y organización se convierte en un obstáculo que afecta la calidad de la dieta, y casi la mitad de los encuestados admite que, bajo presión, tiende a elegir opciones poco saludables o incluso a saltarse comidas.
La farmacéutica Raquel Benito señala que el otoño puede traer consigo síntomas como cansancio, tensión muscular y falta de concentración, todos ellos relacionados con la forma en que nuestro organismo responde al estrés. La psicóloga Laura Villanueva añade que la autoexigencia que sentimos en esta época puede ser un caldo de cultivo para el estrés. Por lo tanto, es fundamental no solo preparar el cuerpo, sino también la mente. Incorporar rutinas de autocuidado y aprender a decir que no son estrategias emocionales tan válidas como mantener una buena alimentación.
### Estrategias para Mejorar la Alimentación en el Trabajo
La psicóloga María Calle enfatiza la importancia de regresar a una dieta equilibrada tras los excesos de las vacaciones. Esto implica consumir una variedad de alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, legumbres y proteínas de calidad. Reducir el consumo de azúcares y comidas ultraprocesadas es esencial para regular el estado de ánimo y prevenir el cansancio. Volver a la rutina no tiene que ser un proceso abrupto; con pequeños cambios es posible mantener hábitos saludables y recuperar la motivación.
Un aspecto clave en la alimentación laboral es cambiar la mentalidad de «me lo merezco» por «me va a sentar bien». Aunque a corto plazo puede ser tentador compensar el estrés con alimentos que proporcionan una recompensa rápida, a largo plazo es más beneficioso optar por opciones que nutran adecuadamente. Un 34,2% de los encuestados en el estudio de Cigna reconoce que una dieta adecuada mejora su concentración y productividad.
La doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna, subraya que la alimentación no solo afecta la salud física, sino que también influye en el estado de ánimo y la capacidad de concentración. En un entorno laboral donde el estrés y la falta de tiempo son comunes, fomentar una cultura que facilite elecciones alimentarias saludables se convierte en una necesidad estratégica.
### Promoviendo Hábitos Saludables en el Entorno Laboral
Para impulsar un cambio positivo en la alimentación en el trabajo, es fundamental planificar con antelación las comidas y tener siempre a mano opciones saludables. Los snacks naturales y sin envases son una alternativa mucho más beneficiosa que los ultraprocesados. Estudios han demostrado que el consumo de estos últimos está relacionado con un mayor riesgo de ansiedad, lo que resalta la importancia de hacer elecciones alimentarias conscientes.
Pequeños cambios en la dieta diaria pueden marcar una gran diferencia en la forma en que manejamos el estrés. Elegir alimentos que promuevan el bienestar y la energía no solo mejora nuestra salud física, sino que también transforma nuestra relación con el estrés. Al final del día, lo que comemos puede ser un reflejo de cómo nos sentimos y cómo gestionamos nuestras emociones en un entorno laboral cada vez más exigente.