La situación en Gaza se ha vuelto cada vez más compleja tras la propuesta de un plan de paz por parte del gobierno de Donald Trump. Hamás, la organización que controla la Franja de Gaza, ha manifestado su necesidad de más tiempo para estudiar este acuerdo, que incluye 20 puntos fundamentales. En una reciente reunión en Doha, representantes de Hamás discutieron el plan con delegados de Qatar, Egipto y Turquía, quienes instaron a la organización a aceptar la propuesta. Sin embargo, Hamás tiene sus propias exigencias que complican el proceso de negociación.
### Demandas de Hamás y la Resistencia a la Propuesta
Uno de los puntos más críticos del plan de paz es la exigencia de un calendario claro para la retirada del ejército israelí de Gaza. Hamás ha dejado claro que no aceptará un acuerdo que no contemple un compromiso explícito de Israel en este sentido. Además, la organización busca modificar el documento para permitir que sus combatientes mantengan armas defensivas y ofensivas, argumentando que esto es un derecho que no están dispuestos a renunciar. La propuesta de que la Franja sea administrada por un organismo internacional, denominado Junta de la Paz y presidido por Trump, es inaceptable para Hamás, que insiste en que los palestinos deben tener el control de su propio territorio, incluso si se trata de figuras tecnócratas sin perfil político.
La división interna dentro de Hamás también es notable. Mientras que una facción del liderazgo político considera que aceptar el plan podría ser un paso hacia el fin del conflicto, otra lo rechaza por considerarlo irreal y busca modificarlo. Esta falta de consenso podría ser un obstáculo significativo para cualquier avance en las negociaciones.
### La Respuesta de Israel y la Situación Humanitaria
Por su parte, el ejército israelí ha intensificado sus operaciones en Gaza, lo que ha llevado a un aumento en el número de víctimas civiles. Desde el inicio de la ofensiva terrestre, se han reportado decenas de muertes diarias, y organizaciones de derechos humanos han calificado la situación como un genocidio. Según informes, alrededor de 66,000 personas han perdido la vida, incluyendo más de 20,000 niños, lo que ha generado una creciente preocupación internacional.
Las declaraciones del ministro de defensa israelí, Israel Katz, sobre el bloqueo a Gaza han sido interpretadas como un indicio de una intensificación de las acciones militares. Hamás ha respondido a estas afirmaciones, acusando a Israel de arrogancia y desprecio hacia la comunidad internacional y los principios del derecho humanitario. La situación se ha vuelto insostenible, y la presión sobre ambas partes para llegar a un acuerdo es cada vez mayor.
La comunidad internacional, incluidos relatores de derechos humanos de la ONU y varios países, ha expresado su preocupación por la escalada de violencia y ha instado a un alto el fuego inmediato. Sin embargo, las tensiones continúan, y la posibilidad de un acuerdo de paz parece lejana. La falta de confianza entre las partes y la complejidad de las demandas de Hamás complican aún más el panorama.
En este contexto, la propuesta de Trump se presenta como un intento de mediar en un conflicto que ha durado décadas. Sin embargo, la resistencia de Hamás a aceptar condiciones que consideran inaceptables y la continua violencia en la región hacen que el camino hacia la paz sea un desafío monumental. La comunidad internacional observa con atención, esperando que se logre un avance que permita aliviar el sufrimiento de los civiles en Gaza y allanar el camino hacia una solución duradera.