El Parlamento griego ha aprobado recientemente un controvertido proyecto de ley que permite extender la jornada laboral hasta un máximo de 13 horas diarias. Esta decisión, impulsada por el Gobierno conservador de Nueva Democracia, ha generado una ola de protestas y críticas tanto de sindicatos como de partidos de la oposición. La ministra de Trabajo, Niki Kerameos, ha defendido la medida como una reforma necesaria para fomentar el empleo y proteger a los trabajadores, aunque muchos la consideran un retroceso en los derechos laborales.
### Contexto de la Reforma Laboral
La nueva legislación ha sido presentada en un contexto de creciente tensión social en Grecia. Desde la llegada al poder de Nueva Democracia, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis ha promovido una serie de reformas económicas y laborales que, según sus defensores, buscan modernizar el mercado laboral y estimular la economía. Sin embargo, la oposición y los sindicatos argumentan que estas reformas favorecen a los empresarios a expensas de los derechos de los trabajadores.
La ley aprobada establece que la ampliación de la jornada laboral será opcional y se aplicará únicamente en el sector privado, permitiendo a las empresas implementar jornadas de hasta 13 horas durante un máximo de 37 días al año. A pesar de las afirmaciones del Gobierno de que esta medida no será obligatoria, los críticos sostienen que en la práctica, los trabajadores no tendrán poder de negociación y se verán presionados a aceptar estas condiciones.
La ministra Kerameos ha argumentado que la reforma incluye medidas para aumentar la protección de los trabajadores, como el incremento de beneficiarios y ayudas por maternidad. Además, ha señalado que el límite semanal de horas de trabajo se mantiene en 48 horas, con un máximo de 150 horas extra anuales, y que las horas adicionales tendrán una bonificación del 40%. Sin embargo, estas afirmaciones no han logrado calmar las preocupaciones de los sindicatos, que ven en esta reforma un intento de desmantelar los derechos laborales adquiridos.
### Reacciones de la Oposición y los Sindicatos
La respuesta de la oposición ha sido contundente. El partido socialdemócrata Pasok ha criticado la medida, argumentando que representa un retroceso a condiciones laborales del siglo XIX. Yorgos Mulkiotis, un diputado del Pasok, ha declarado que el Gobierno está promoviendo un mercado laboral sin derechos, donde el Estado de bienestar se encuentra en constante deconstrucción. Esta postura ha sido respaldada por otros partidos de izquierda, que han calificado la ley como «monstruosa» y han optado por retirarse de la votación en lugar de legitimar lo que consideran una violación de los derechos de los trabajadores.
Las protestas han sido masivas, con miles de griegos participando en huelgas generales convocadas por los sindicatos ADEDY y GSEE. Los manifestantes han expresado su descontento con la reforma, afirmando que la ampliación de la jornada laboral es una forma de convertir a los trabajadores en «nuevos esclavos». Las huelgas del 1 y 14 de octubre han sido momentos clave en la movilización social, donde se ha exigido al Gobierno la retirada del proyecto de ley.
Los sindicatos han argumentado que la idea de que la ampliación de la jornada laboral será opcional es una «mentira», ya que en el contexto actual del mercado laboral griego, los trabajadores carecen de poder de negociación. La posibilidad de despido por parte de los empleadores, sin necesidad de justificación, agrava aún más la situación, haciendo que muchos trabajadores se sientan obligados a aceptar condiciones laborales desfavorables.
### Implicaciones Futuras
La aprobación de esta ley podría tener implicaciones significativas para el futuro del trabajo en Grecia. Si bien el Gobierno argumenta que la medida fomentará el crecimiento económico y la creación de empleo, muchos expertos advierten que podría llevar a un deterioro de las condiciones laborales y a un aumento de la precariedad. La falta de un marco regulatorio que proteja a los trabajadores en un contexto de ampliación de la jornada laboral podría resultar en un aumento de la explotación laboral.
Además, la reacción de la sociedad griega ante esta reforma podría marcar un punto de inflexión en la política laboral del país. La creciente movilización de los sindicatos y la oposición sugiere que hay un descontento generalizado con las políticas del Gobierno, lo que podría traducirse en un aumento de la presión social para revertir estas reformas en el futuro.
En resumen, la reciente aprobación de la ley que permite jornadas laborales de hasta 13 horas en Grecia ha desatado un intenso debate sobre los derechos laborales y la protección de los trabajadores. Mientras el Gobierno defiende la medida como un paso hacia la modernización, los sindicatos y la oposición advierten sobre las graves consecuencias que podría tener para el bienestar de los trabajadores y la estabilidad social en el país.