En la vida cotidiana, las emergencias médicas pueden surgir en cualquier momento y lugar. Desde un restaurante lleno de gente hasta un evento deportivo, la posibilidad de que alguien sufra un problema de salud grave es real. En esos momentos críticos, saber cómo reaccionar puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. La Dra. María del Pilar Durán, especialista en anestesiología y reanimación, comparte su experiencia y consejos sobre cómo actuar en estas situaciones.
La importancia de mantener la calma
Cuando se presenta una emergencia médica, lo primero que debemos recordar es que los nervios pueden jugar en nuestra contra. La Dra. Durán enfatiza que mantener la calma es esencial para poder pensar con claridad y tomar decisiones acertadas. En situaciones de crisis, es fácil entrar en pánico, pero esto puede dificultar nuestra capacidad para ayudar.
La Dra. Durán propone un enfoque sencillo que se puede recordar con las siglas P.A.S.: Proteger, Avisar y Socorrer. Este método proporciona una guía clara sobre cómo actuar:
1. **Proteger**: Antes de acercarte a la víctima, asegúrate de que el entorno es seguro. Si hay peligros como tráfico, fuego o electricidad, no te pongas en riesgo. La seguridad de todos es lo primero.
2. **Avisar**: Llama al 112 o al número de emergencias correspondiente en tu país. Es crucial que describas con claridad lo que ha sucedido, tu ubicación exacta y el estado de la persona afectada. Utiliza el manos libres si es posible, para que puedas seguir las instrucciones del operador mientras permaneces junto a la víctima.
3. **Socorrer**: Una vez que has asegurado el entorno y has solicitado ayuda, atiende a la persona según tus conocimientos. La Dra. Durán advierte que es fundamental no improvisar ni realizar maniobras que no conozcamos. Por eso, la formación en soporte vital básico es tan importante.
Qué hacer en los primeros minutos
Los primeros minutos tras un evento crítico son cruciales. La Dra. Durán explica que, si alguien sufre un infarto, un ictus o una pérdida súbita de consciencia, cada segundo cuenta. Aquí hay algunos pasos a seguir:
– **Valora el estado de la víctima**: Pregunta si responde. Si está consciente, háblale y escucha atentamente lo que dice. Esta información será valiosa para los servicios de emergencia.
– **Comprueba la respiración**: Si la persona no responde, verifica si está respirando. Si respira, colócala en la posición lateral de seguridad y vigila su respiración hasta que llegue ayuda. Si no respira, debes iniciar compresiones torácicas de inmediato.
Para realizar compresiones torácicas, coloca tus manos una sobre otra en el centro del pecho y presiona con fuerza y ritmo, sin detenerte, hasta que lleguen los servicios de emergencia. Si hay un desfibrilador disponible, pídelo, ya que puede ser vital en estas situaciones. La Dra. Durán recuerda que no debemos mover a la víctima a menos que esté en peligro inminente, ya que una manipulación inadecuada puede agravar las lesiones.
La necesidad de formación en RCP
La Dra. Durán subraya que la formación en Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) es esencial. Este procedimiento de emergencia combina compresiones torácicas y respiración boca a boca, y puede salvar vidas en situaciones críticas. La Dra. Durán afirma que conocer estas maniobras debería ser común en colegios, empresas y espacios públicos. «Si más personas supieran cómo reaccionar, se podrían salvar miles de vidas cada año», dice.
La responsabilidad colectiva es clave. Todos podemos ser parte de la cadena de supervivencia, y nunca sabemos cuándo podríamos encontrarnos en una situación donde necesitamos actuar. La Dra. Durán enfatiza que es vital aprender a reconocer una emergencia, pedir ayuda correctamente y realizar compresiones torácicas hasta que lleguen los profesionales.
Mantener la calma, seguir el método P.A.S. y conocer las maniobras básicas de reanimación son herramientas que cualquier ciudadano puede tener. La Dra. Durán concluye que actuar a tiempo y con responsabilidad puede marcar la diferencia para la víctima. No se trata solo de salvar una vida, sino de saber que todos tenemos la capacidad de hacerlo.