La Virgen de Candelaria, conocida como la Patrona de Canarias, realizó su emotiva peregrinación hacia la Basílica de Candelaria, un evento que reunió a miles de fieles en un recorrido lleno de devoción y tradición. Este año, la llegada de la Virgen se adelantó a lo previsto, lo que generó una gran expectación entre los asistentes. La peregrinación comenzó en la tarde del día anterior, donde la comunidad se unió para acompañar a la imagen en su camino de regreso a casa.
La jornada comenzó con una misa presidida por el obispo en la plaza de España, donde se dio inicio a la peregrinación. A medida que la comitiva avanzaba, la atmósfera se llenaba de alegría y fervor religioso. Uno de los momentos más destacados fue la parada en el proyecto Café y Calor de Cáritas, donde más de trescientos voluntarios y usuarios recibieron a la Virgen con una Salve Rociera, marcando un emotivo inicio al recorrido.
### Un Recorrido de Fe y Comunidad
El trayecto hacia la Basílica no solo fue un acto religioso, sino también una celebración comunitaria. A medida que la Virgen avanzaba por las avenidas de San Sebastián y Bélgica, los feligreses se unieron en cánticos y oraciones, creando un ambiente de unidad y devoción. En La Cruz del Señor, más de tres mil personas se congregaron para dar la bienvenida a la imagen, gritando con entusiasmo: “¡Sí, sí, sí; la Virgen ya está aquí!”. La participación de grupos como Hakuna Senior, que amenizaron el recorrido con sus canciones, contribuyó a la festividad del evento.
La peregrinación continuó hacia Cuesta de Piedra, donde la murga Desbocado, bajo la dirección de Juani Padilla, ofreció un emotivo recibimiento a la Virgen. Este tipo de interacciones no solo enriquecen la experiencia espiritual, sino que también fortalecen los lazos comunitarios entre los asistentes. En cada parada, la devoción se hacía palpable, y los vecinos de cada barrio se unían para rendir homenaje a su Patrona.
En el colegio de las Madres Dominicas, la parada fue más íntima, permitiendo que los asistentes reflexionaran y compartieran momentos de oración. La llegada a El Tablero, el último pueblo de Santa Cruz, fue especialmente conmovedora, ya que los vecinos se despidieron de la Virgen hasta su regreso en catorce años. La participación activa de los voluntarios, como Dailos Rodríguez, quien animó el trayecto con cantos y oraciones, fue fundamental para mantener el espíritu festivo y la energía entre los peregrinos.
### La Llegada a Candelaria: Un Momento de Celebración
La llegada de la Virgen a Candelaria fue un momento culminante de la peregrinación. Pasadas las cuatro de la madrugada, la comitiva se acercó a Radazul, donde el número de asistentes creció considerablemente. A pesar de las advertencias de un técnico de emergencias que pedía mantener la “cápsula de seguridad”, la emoción era palpable entre los peregrinos que esperaban ansiosos el encuentro con su Patrona.
Uno de los momentos más emotivos se vivió en el cruce de la carretera general con Igueste, donde la Virgen se encontró con los mayores del centro fundado por el recordado Padre Jesús Mendoza. Este encuentro, acompañado por el dominico José Ramón Enjamio, fue un recordatorio del impacto que la Virgen tiene en la comunidad, especialmente entre los más ancianos, quienes se unieron en un canto conmovedor.
Finalmente, la llegada a la Basílica se celebró con una lluvia de voladores que anunciaron la llegada de la Virgen. La procesión solemne desde la gasolinera Sindo hasta la Basílica fue un espectáculo de fe y alegría, donde miles de personas se unieron para dar la bienvenida a la Patrona de Canarias. La Virgen llegó a su destino en torno a las once de la mañana, una hora antes de lo previsto, lo que desató una oleada de júbilo entre los asistentes.
Este evento no solo es una manifestación de fe, sino también una celebración de la cultura canaria, donde la comunidad se une para rendir homenaje a su Patrona. La peregrinación de la Virgen de Candelaria es un recordatorio de la importancia de la tradición y la devoción en la vida de los canarios, un evento que trasciende generaciones y une a la comunidad en un lazo de amor y respeto hacia su figura religiosa.
