Rodri Muñoz, un joven de 23 años, se convirtió en un símbolo de resiliencia tras sufrir un ictus hemorrágico que lo llevó a un coma inducido durante diez días. Su experiencia, que comparte a través de redes sociales, busca visibilizar la realidad de los accidentes cerebrovasculares en personas jóvenes, un fenómeno que, aunque poco común, está en aumento. Este miércoles, 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial del Ictus, una fecha que cobra especial relevancia en la vida de Rodri.
**Un Despertar Abrumador**
La vida de Rodri cambió drásticamente una noche cuando comenzó a experimentar síntomas alarmantes. «No podía hablar bien; tenía la cara paralizada y mis brazos no respondían», relata. Su madre, al escuchar su llamado, actuó rápidamente y lo llevó a la cama, pero Rodri no recuerda nada más de esa noche. La ambulancia llegó pronto y, aunque no lo recuerda, le informaron que mostró un comportamiento agresivo debido a la confusión y el dolor. Fue trasladado al Hospital Puerta de Hierro, donde los médicos decidieron inducirle un coma para evitar un infarto cerebral, ya que su cerebro estaba inundado de sangre debido a una malformación congénita en una de sus venas.
La operación de urgencia no tenía como objetivo reparar la malformación, sino salvar su vida. Posteriormente, se realizó otra intervención para estudiar los vasos cerebrales y comprender mejor la situación. Al despertar, Rodri se encontró en un mundo desconocido. No podía hablar, moverse ni sentir sus extremidades. La recuperación fue un proceso lento y desafiante, pero Rodri se muestra optimista: «Ahora estoy al 100% en el tren inferior; puedo esquiar, correr y hacer deporte», dice con una sonrisa.
**La Realidad de los Ictus en Jóvenes**
El caso de Rodri no es aislado. Según el doctor Juan Carlos Portilla, coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital San Pedro de Alcántara, el 25% de los ingresos hospitalarios por ictus son jóvenes entre 25 y 64 años. Este aumento en la incidencia de ictus en adultos jóvenes se atribuye a varios factores de riesgo, como el estrés laboral, la hipertensión arterial, el sedentarismo y la obesidad. La realidad es que cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados con esta enfermedad, lo que subraya la importancia de la concienciación y la educación sobre los síntomas y riesgos asociados.
Rodri comparte su historia con la esperanza de que otros comprendan que el ictus puede afectar a cualquiera, independientemente de su estilo de vida. «No importa si haces deporte o llevas una vida sana, es una lotería», enfatiza. Su experiencia ha sido un viaje de autodescubrimiento y madurez. A pesar de las dificultades, ha aprendido a valorar cada momento y a disfrutar de la vida de una manera que nunca antes había considerado.
**El Código Ictus y su Importancia**
El “código ictus” es un protocolo de actuación sanitaria que permite reconocer de manera precoz los signos y síntomas de un ictus, priorizando así el tratamiento adecuado. Este procedimiento es crucial, ya que el tiempo es un factor determinante en el tratamiento de esta enfermedad. Los pacientes que son atendidos bajo este código tienen una probabilidad significativamente mayor de evitar secuelas graves. De acuerdo con la Fundación Freno al Ictus, el 80% de los casos que ingresan a través del “código ictus” no presentan secuelas o estas son moderadas.
El ictus, tradicionalmente asociado a la edad avanzada, está viendo un cambio en su demografía. Aunque la mayoría de los casos ocurren en personas mayores de 65 años, el aumento de casos en jóvenes es alarmante. Esto se debe a un estilo de vida que a menudo incluye altos niveles de estrés y otros factores de riesgo que son más prevalentes en la población joven. Rodri, que actualmente está de baja como militar, continúa su proceso de recuperación con sesiones de fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia. A pesar de los desafíos, se siente más activo y comprometido con su vida que nunca.
Rodri Muñoz es un ejemplo de cómo la adversidad puede transformarse en una oportunidad para crecer y aprender. Su historia es un recordatorio de que la salud es un bien preciado y que la prevención y la atención temprana son fundamentales para combatir enfermedades como el ictus. La visibilidad que ha logrado a través de su experiencia es un paso importante hacia la concienciación sobre esta enfermedad que, aunque puede parecer lejana, puede afectar a cualquiera en cualquier momento.
