El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha realizado declaraciones contundentes en las que asegura que no permitirá que Israel anexe Cisjordania. Este pronunciamiento marca un cambio significativo en su política exterior hacia el Estado hebreo, especialmente en un contexto donde la presión por parte de sectores radicales en Israel ha ido en aumento. En una rueda de prensa en el Despacho Oval, Trump afirmó: «No permitiré que Israel anexione Cisjordania. No, no lo permitiré. No va a suceder. Ya es suficiente. Es hora de parar».
Estas palabras llegan en un momento crítico, justo cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encontraba en Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas. La situación en Cisjordania ha sido tensa, con un aumento en la expansión de asentamientos israelíes que han reconfigurado el mapa del territorio ocupado. Desde la guerra de 1967, Israel ha mantenido el control sobre Cisjordania, y la población de colonos israelíes ha crecido significativamente, coexistiendo con millones de palestinos en la región.
### La presión interna en Israel
Netanyahu se enfrenta a una creciente presión por parte de sus ministros más radicales, quienes exigen que se avance en la anexión de Cisjordania. Este impulso ha cobrado fuerza especialmente desde el inicio del conflicto en Gaza, donde la expansión de asentamientos ha tomado un ritmo sin precedentes. Actualmente, se estima que alrededor de 700,000 colonos israelíes residen en Cisjordania, donde viven aproximadamente 2.7 millones de palestinos. Esta situación ha suscitado preocupaciones en la comunidad internacional, que observa con atención los movimientos de Israel en la región.
A finales de agosto, el gobierno israelí aprobó un nuevo plan de asentamientos conocido como E1, que tiene como objetivo dividir Cisjordania y separarla de Jerusalén Oriental. Este proyecto ha generado un gran revuelo, ya que atraviesa territorios que los palestinos reclaman para su futuro Estado. La comunidad internacional, especialmente los países árabes, ha expresado su preocupación por estas acciones, que podrían poner en peligro las posibilidades de una solución pacífica al conflicto.
### Contexto geopolítico y reacciones
Cisjordania, una región de aproximadamente 5,860 km², está delimitada al este por el río Jordán y el mar Muerto, y al oeste, norte y sur por la Línea Verde, establecida en el armisticio árabe-israelí de 1949. La población de esta área es diversa, con casi 3 millones de personas, entre palestinos e israelíes. La declaración de Trump se produce en un contexto donde la política estadounidense hacia Israel ha sido objeto de debate y análisis, especialmente en relación con el apoyo a la solución de dos Estados.
La postura de Trump ha sido recibida con escepticismo por algunos analistas, quienes consideran que sus palabras podrían ser más una estrategia política que un cambio real en la política estadounidense. Sin embargo, la declaración también puede ser vista como un intento de distanciarse de las demandas más extremas dentro del gobierno israelí, buscando mantener un equilibrio en las relaciones internacionales y evitar un mayor aislamiento de Estados Unidos en la región.
La comunidad internacional ha estado atenta a las reacciones de los líderes árabes y de otras naciones que han abogado por una solución pacífica al conflicto israelí-palestino. La oposición de Trump a la anexión de Cisjordania podría abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos, Israel y los países árabes, aunque muchos se preguntan si estas palabras se traducirán en acciones concretas.
En resumen, la declaración de Trump representa un momento crucial en la política internacional relacionada con el conflicto en Medio Oriente. La situación en Cisjordania sigue siendo volátil, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para el futuro de la región y las posibilidades de paz entre israelíes y palestinos.