El Gobierno español enfrenta una situación crítica al incumplir, por tercer año consecutivo, el plazo constitucional para presentar los Presupuestos Generales del Estado. Esta situación ha llevado a la prórroga de las cuentas públicas, convirtiendo el presupuesto de 2023 en el más longevo de la historia reciente del país. Este hecho no solo refleja una ineficacia en la gestión gubernamental, sino que también plantea serias dudas sobre la capacidad del Ejecutivo para llevar a cabo su agenda política y económica.
La Constitución establece que el Gobierno debe presentar el proyecto de presupuestos al Congreso de los Diputados tres meses antes de que las cuentas del año anterior dejen de estar vigentes, lo que significa que el plazo se cerró el 30 de septiembre. Sin embargo, el Ejecutivo aún no ha llevado al Consejo de Ministros la nueva propuesta que debería regir desde 2021 hasta 2023. Este retraso se debe a la falta de convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), un paso esencial para establecer los objetivos de déficit y deuda pública que deben ser aprobados antes de que se pueda presentar el presupuesto.
### La Complicada Negociación con los Grupos Parlamentarios
Fuentes del Ministerio de Hacienda han indicado que el Gobierno está en conversaciones con varios grupos parlamentarios para intentar llevar al Congreso la senda de estabilidad fiscal en un futuro cercano. Sin embargo, estas negociaciones se presentan como una tarea complicada. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha reconocido que su departamento está ajustando los últimos números que se incluirán en el texto de los presupuestos, lo que añade más presión a un proceso que ya es intrincado.
El incumplimiento del plazo constitucional para presentar los presupuestos podría tener consecuencias políticas significativas. Según el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “sin presupuestos no hay nada que gobernar”, lo que implica que la falta de un marco presupuestario podría llevar a la convocatoria de elecciones anticipadas. Esta situación es especialmente preocupante dado el contexto económico actual, donde la incertidumbre global y la crisis de aranceles provocada por la administración Trump en Estados Unidos han añadido más complejidad a la situación.
A pesar de estos desafíos, el Gobierno ha presentado un cuadro macroeconómico más optimista, aumentando su previsión de crecimiento del 2,6% al 2,7% para este año. Este optimismo se basa en el dinamismo de la demanda nacional y el aumento del consumo e inversión, que se espera crezcan un 3%. Sin embargo, este crecimiento no oculta el problema fundamental de la ausencia de un presupuesto, que es esencial para la planificación y ejecución de políticas públicas.
### La Importancia de los Presupuestos en la Gestión Gubernamental
Los Presupuestos Generales del Estado son el proyecto más importante que un gobierno puede presentar, ya que establecen las bases económicas sobre las que se sustentan todas las políticas y reformas. La falta de un presupuesto aprobado puede paralizar la acción del Gobierno y limitar su capacidad para implementar cambios significativos en áreas como la educación, la sanidad y la infraestructura.
La situación actual es aún más alarmante si se considera que el Gobierno de Pedro Sánchez no ha logrado sacar adelante los presupuestos en los últimos dos años. Esto se debe, en gran medida, a la falta de apoyos suficientes entre los socios de investidura y a la complicada aritmética parlamentaria que ha caracterizado a la legislatura. La incapacidad para presentar y aprobar un presupuesto no solo afecta la gobernabilidad, sino que también genera incertidumbre en los mercados y entre los ciudadanos, que ven cómo se prolonga la inestabilidad política.
En este contexto, es fundamental que el Gobierno tome medidas urgentes para resolver esta situación. La presentación de un presupuesto sólido y bien estructurado no solo es un requisito constitucional, sino que también es esencial para restaurar la confianza en la gestión pública y garantizar la estabilidad económica del país. La falta de acción en este sentido podría tener repercusiones a largo plazo, afectando no solo la economía, sino también la percepción pública del Gobierno y su capacidad para gobernar.
La presión sobre el Gobierno aumentará a medida que se acerque el final del año y la necesidad de un presupuesto se vuelva más apremiante. La situación actual es un claro recordatorio de la importancia de la planificación fiscal y la necesidad de un liderazgo efectivo en tiempos de incertidumbre. La capacidad del Gobierno para presentar un presupuesto a tiempo será un factor determinante en su futuro político y en la estabilidad económica del país.