La migración ha vuelto a ser un tema candente en la política española, especialmente en el contexto de la creciente influencia de partidos de derecha y extrema derecha. En este escenario, se han delineado posturas divergentes que reflejan no solo diferencias ideológicas, sino también estrategias electorales que buscan captar el voto de distintos sectores de la población. En este artículo, exploraremos cómo el Partido Popular (PP) y Vox han abordado la cuestión migratoria, así como el impacto de estas narrativas en la sociedad española.
La complejidad del discurso migratorio en la derecha española
La migración ha sido un tema recurrente en el debate político español, y en los últimos años, ha cobrado especial relevancia en el discurso de la derecha. El PP, bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, ha intentado posicionarse como un partido moderado en comparación con Vox, que ha adoptado un enfoque más radical. Sin embargo, ambos partidos comparten ciertas similitudes en su tratamiento de la migración, lo que ha generado críticas y tensiones dentro de la sociedad.
El PP ha establecido una clara distinción entre los inmigrantes provenientes de América Latina y aquellos de otras regiones. Esta estrategia busca capitalizar el vínculo cultural y lingüístico que España comparte con los países latinoamericanos, presentando a estos migrantes como una oportunidad para el enriquecimiento mutuo. Feijóo ha afirmado que los migrantes latinoamericanos «no son inmigrantes ni turistas, están en su casa», intentando así suavizar la percepción negativa que a menudo se asocia con la migración.
Sin embargo, esta narrativa ha sido cuestionada por diversos sectores. Críticos como Diana Paredes, diputada de Más Madrid y nacida en Perú, han denunciado que el PP utiliza un discurso que divide a los migrantes en «buenos» y «malos», lo que perpetúa actitudes racistas y xenófobas. Esta estrategia, según Paredes, no respeta la dignidad de las personas migrantes, sino que busca obtener réditos electorales a costa de su deshumanización.
Por otro lado, Vox ha adoptado una postura más agresiva en su discurso sobre la migración. Aunque en ocasiones ha mostrado una preferencia por los migrantes latinoamericanos, su retórica general se centra en la oposición a la inmigración en su conjunto. Santiago Abascal, líder de Vox, ha argumentado que la inmigración debe ser controlada y que la natalidad debe ser priorizada sobre la llegada de nuevos inmigrantes. Esta postura ha resonado con un segmento de la población que teme la pérdida de identidad cultural y la competencia por recursos.
La radicalización del discurso migratorio
La polarización del discurso migratorio en España ha llevado a la aparición de grupos de extrema derecha que promueven un mensaje aún más radical. Organizaciones como Democracia Nacional y Núcleo Nacional han intensificado su retórica antiinmigrante, utilizando términos despectivos como «hispanchindad» para criticar la aceptación de migrantes latinoamericanos por parte del PP. Estos grupos no solo se oponen a la inmigración, sino que también fomentan la violencia y el acoso hacia las personas extranjeras, lo que ha generado un clima de tensión en diversas comunidades.
La reciente cumbre de la extrema derecha en Livorno es un ejemplo de cómo estas organizaciones están buscando consolidar su influencia y expandir su mensaje. En este evento, se discutieron estrategias para promover la «remigración», un término que se utiliza para referirse a la deportación masiva de migrantes. Esta ideología ha encontrado eco en algunos sectores de la población, alimentando un discurso de odio que se manifiesta en actos de violencia y discriminación.
El impacto de estas narrativas en la sociedad
El auge de la retórica antiinmigrante ha tenido un impacto significativo en la percepción pública sobre la migración en España. Según estudios recientes, una parte considerable de la población asocia la inmigración con el aumento de la delincuencia, una idea que ha sido alimentada por los discursos de partidos como Vox y el PP. Esta percepción ha llevado a un aumento en la xenofobia y la islamofobia, creando un ambiente hostil para las comunidades migrantes.
Expertos en xenofobia, como Youssef Ouled, han señalado que este tipo de discursos busca crear una jerarquía entre los migrantes, donde aquellos que provienen de países árabes o que practican el islam son considerados «malos», mientras que los migrantes latinoamericanos son vistos como «buenos». Esta división no solo es problemática desde una perspectiva ética, sino que también perpetúa estereotipos dañinos que afectan la convivencia en la sociedad.
Además, la estrategia del divide y vencerás utilizada por el PP y Vox ha llevado a una fragmentación en la comunidad migrante, donde diferentes grupos se ven enfrentados entre sí en lugar de unirse en la defensa de sus derechos. Esta situación es aprovechada por los partidos de derecha para consolidar su base electoral, a costa de la cohesión social y el respeto a la diversidad.
El futuro del discurso migratorio en España
A medida que se acercan las elecciones, es probable que el tema de la migración continúe siendo un eje central en la campaña política. Tanto el PP como Vox buscarán capitalizar el miedo y la incertidumbre que rodean a la migración, utilizando narrativas que resuenen con sus respectivas bases electorales. Sin embargo, la creciente oposición a estas posturas por parte de organizaciones sociales y movimientos pro derechos humanos sugiere que la lucha por una política migratoria más justa y humana está lejos de haber terminado.
La polarización del discurso migratorio en España refleja no solo las tensiones políticas actuales, sino también un desafío más amplio en la construcción de una sociedad inclusiva y respetuosa con la diversidad. A medida que la política española evoluciona, será crucial observar cómo se desarrollan estas narrativas y su impacto en la vida de las personas migrantes en el país.