Yurena Valencia, enfermera de la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife, ha sido reconocida como finalista en los prestigiosos Premios Enfermería en Desarrollo 2025, un evento que destaca la labor de profesionales en el ámbito de la salud. Este galardón, conocido como los Goya de la Enfermería, es otorgado por la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) y busca resaltar proyectos innovadores que mejoren la atención sanitaria en España. La nominación de Valencia se debe a su participación en el Programa de Atención Domiciliaria Pediátrica para Pacientes Crónicos Complejos y con Necesidades Paliativas (Adpap), un enfoque que ha revolucionado la forma en que se brinda atención a los niños con enfermedades crónicas.
El próximo 13 de noviembre, Yurena viajará al Teatro Real en Madrid con la esperanza de llevarse el premio. En sus propias palabras, ser finalista es «un orgullo y un honor». La enfermera expresó su satisfacción por el reconocimiento a su trabajo y la oportunidad de dar visibilidad a la labor que realizan en el campo de la atención pediátrica. La idea de participar en estos premios surgió tras recibir un correo de la Fuden, que invitaba a presentar proyectos innovadores. Junto a su compañero, el pediatra Dino Lalchandani, decidieron presentar su iniciativa, que fue seleccionada entre 255 proyectos de toda España.
### Un Enfoque Innovador en Atención Domiciliaria
El Programa de Atención Domiciliaria Pediátrica que lidera Yurena Valencia es único en España. A diferencia de las unidades pediátricas de cuidados paliativos que operan en hospitales, este programa se centra en proporcionar atención en el hogar, el entorno más seguro y cómodo para los pacientes. La propuesta nace de la necesidad de ofrecer una atención más humana y cercana a los niños con enfermedades crónicas complejas, quienes a menudo enfrentan hospitalizaciones frecuentes que generan una carga emocional y económica en sus familias.
La Carta Europea de los Niños y Niñas Hospitalizados establece que los menores solo deben ser hospitalizados cuando es estrictamente necesario. Por ello, el equipo de Valencia trabaja para que los niños reciban tratamiento en su hogar, donde se sienten más seguros y acompañados. Este enfoque no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también alivia la presión sobre el sistema sanitario y las familias.
La unidad de atención domiciliaria comenzó a funcionar en junio de 2022, aunque la idea se había gestado años antes. Dino Lalchandani había estado buscando la manera de implementar este servicio desde el año 2000, pero no fue hasta la pandemia de COVID-19 que se dio el impulso necesario. Durante ese tiempo, Yurena lideró un equipo que atendía a pacientes vulnerables con COVID, lo que llevó a la realización de este proyecto para niños.
### Requisitos y Criterios de Inclusión
El programa de atención domiciliaria pediátrica está diseñado para atender a niños hasta los 15 años que presenten estabilidad clínica y cuenten con la aceptación de sus familias. Es fundamental que las condiciones del hogar sean adecuadas y que exista la posibilidad de comunicación telemática, ya que en ocasiones se utilizan herramientas digitales para mantener el contacto con los pacientes.
Los criterios de inclusión se dividen en dos categorías: criterios mayores y menores. Los criterios mayores incluyen situaciones como la necesidad de ventilación mecánica, afectación de múltiples sistemas orgánicos durante más de doce meses, dependencia de grado tres o un diagnóstico de cáncer en tratamiento. Por otro lado, los criterios menores abarcan aspectos como la dependencia de tecnologías para necesidades básicas o ingresos prolongados en unidades de cuidados intensivos pediátricos.
Además, se consideran factores sociales que pueden afectar a los pacientes, como la pérdida de vivienda o situaciones de violencia doméstica. Este enfoque integral permite al equipo de atención domiciliaria abordar no solo las necesidades médicas de los niños, sino también su bienestar emocional y social.
A día de hoy, el equipo de Yurena Valencia atiende a 74 familias, y aunque se sienten orgullosos de su trabajo, lamentan no poder llegar a más. La labor que realizan no se mide solo en números, sino en la calidad de la atención que brindan a cada uno de sus pacientes y sus familias. La historia de Yurena y su equipo es un ejemplo de cómo la innovación en el sector salud puede transformar vidas y ofrecer un modelo a seguir para futuras iniciativas en el ámbito de la atención pediátrica.
