La delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, compareció ante la juez de Catarroja que investiga la gestión de la DANA, un fenómeno que resultó en la trágica pérdida de 225 vidas. Durante su declaración, Bernabé afirmó que en la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) del 29 de octubre de 2024, solo se discutió el riesgo de desbordamiento de la presa de Forata, sin que se mencionara el Barranco del Poyo, que también representaba un peligro. A pesar de vivir a solo 15 minutos de la sede del CECOPI, Bernabé se unió a la reunión de forma virtual desde la Delegación del Gobierno.
En su testimonio, la delegada explicó que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) le había alertado sobre la posibilidad de una rotura de la presa de Forata, lo que podría haber causado inundaciones de hasta cuatro metros en los municipios cercanos. Aseguró que se comunicó con los alcaldes de las localidades afectadas para advertirles del riesgo, aunque algunas de sus llamadas no fueron respondidas. La declaración de Bernabé también sirvió para corroborar el momento en que contactó a la ex consejera de Emergencias, Salomé Pradas, a quien ofreció la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Sin embargo, Pradas no solicitó esta ayuda hasta más tarde, lo que ha generado críticas sobre la gestión de la emergencia.
Durante su declaración, Bernabé mencionó que se encontraba en camino a Utiel para evaluar los daños cuando recibió la llamada del presidente Carlos Mazón, quien le informó sobre problemas de comunicación. A su llegada a la Ciudad de la Justicia de Valencia, Bernabé expresó su disposición a colaborar con la justicia para ayudar a las familias afectadas por la tragedia.
La ex consejera de Emergencias, Salomé Pradas, también compareció ante la juez y exculpó a Mazón, afirmando que el retraso en la alerta del sistema ES-Alert no fue culpa de él, ya que no era su responsabilidad enviarla. Pradas confirmó que no se tuvo información sobre el Barranco del Poyo, lo que llevó a que la atención se centrara únicamente en la presa de Forata, que finalmente no colapsó. Su testimonio reveló que el proceso técnico para emitir la alerta fue más complicado de lo esperado, lo que contribuyó a la falta de comunicación en un momento crítico.
La situación ha generado un intenso debate sobre la eficacia de la gestión de emergencias en la región y la responsabilidad de las autoridades en la prevención de desastres. Las declaraciones de Bernabé y Pradas son parte de una investigación más amplia sobre cómo se manejó la crisis y qué medidas se pueden implementar para evitar que tragedias similares ocurran en el futuro. La comunidad sigue a la espera de respuestas y de una mayor claridad sobre las decisiones tomadas durante la DANA, que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de Valencia.