Recientes investigaciones han revelado un avance significativo en el tratamiento del cáncer, gracias a una nueva metodología que mejora la absorción de medicamentos en las células cancerosas. Este descubrimiento, realizado por un equipo de científicos de varias universidades estadounidenses, promete revolucionar la eficacia de los tratamientos oncológicos, aumentando su potencia hasta 23 veces.
El equipo de investigación, compuesto por expertos de la Universidad Duke, la Universidad de Texas en San Antonio y la Universidad de Arkansas, ha desarrollado una técnica que optimiza la captación de fármacos oncológicos, específicamente aquellos basados en moléculas grandes como los PROTACs (quimeras de degradación dirigidas por proteasoma). Estos medicamentos tienen el potencial de eliminar proteínas que contribuyen a la progresión del cáncer, pero su gran tamaño ha limitado su efectividad al dificultar su paso a través de las membranas celulares.
La clave de este avance radica en la utilización de la proteína de membrana CD36, que se encuentra de forma natural en varios tejidos del cuerpo, como el intestino, la piel, los pulmones y el cerebro. Al redirigir la entrada de los fármacos a través de la endocitosis mediada por CD36, los investigadores han logrado incrementar la concentración intracelular de los medicamentos de 7,7 a 22,3 veces, lo que se traduce en una supresión tumoral significativamente mayor sin comprometer la estabilidad de las moléculas.
Este hallazgo fue publicado en la revista Cell y se basa en una estrategia denominada química medicinal endocítica (CEMC). A diferencia de enfoques anteriores que intentaban modificar los PROTACs para mejorar su permeabilidad, este nuevo método se centra en reclutar la proteína CD36 para facilitar la internalización activa de los fármacos, lo que representa un cambio de paradigma en la forma en que se abordan los tratamientos oncológicos.
Los ensayos realizados han demostrado que este aumento en la captación celular se traduce en un efecto antitumoral hasta 23 veces superior en comparación con las formulaciones originales. Hui-Kuan Lin, autor principal del estudio y profesor de patología en la Universidad Duke, destacó que este descubrimiento podría rescatar numerosos fármacos que anteriormente fueron descartados por su baja absorción, convirtiéndolos en tratamientos clínicos viables para diversas enfermedades.
Además, la metodología abre la puerta a la revalorización de compuestos de gran tamaño, no solo en el ámbito oncológico, sino también en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. La posibilidad de optimizar la absorción de estos medicamentos podría tener un impacto significativo en la eficacia de las terapias dirigidas a condiciones que afectan el sistema nervioso.
Este avance se suma a otros esfuerzos recientes en la investigación del cáncer, como el uso de microgravedad para estudiar la enfermedad y la identificación de “huellas dactilares” del cáncer en la sangre mediante pulsos de luz infrarroja. Estos estudios reflejan un enfoque multidisciplinario en la lucha contra el cáncer, donde la innovación y la colaboración entre diferentes campos de la ciencia son fundamentales para avanzar en el desarrollo de tratamientos más efectivos.
En resumen, la nueva estrategia de química medicinal endocítica representa un paso importante hacia la mejora de los tratamientos oncológicos, ofreciendo esperanza a pacientes que enfrentan esta enfermedad devastadora. A medida que la investigación avanza, se espera que estos descubrimientos se traduzcan en opciones de tratamiento más efectivas y accesibles para quienes más lo necesitan.