La reciente encuesta del CIS ha revelado un giro inesperado en el panorama político español, donde Podemos parece estar recuperando terreno, mientras que Sumar enfrenta serias dificultades para mantener su relevancia. Este cambio de dinámicas políticas se produce en un contexto donde el PSOE, liderado por Pedro Sánchez, se encuentra en una situación complicada, lidiando con problemas de corrupción y la falta de soluciones efectivas a cuestiones críticas como la vivienda y la crisis económica.
Podemos, bajo el liderazgo de Pablo Iglesias, ha logrado alcanzar el umbral mínimo necesario para entrar en el Congreso de los Diputados, lo que marca un resurgimiento notable para un partido que muchos consideraban en declive. En contraste, Sumar, que había emergido como una alternativa a Podemos, ahora se encuentra en una posición precaria, con la posibilidad de no repetir los resultados obtenidos en las elecciones del 23 de julio.
La encuesta del CIS, dirigida por José Félix Tezanos, no solo muestra un ascenso para Podemos, sino también para Vox, mientras que otros partidos importantes están experimentando caídas significativas. La situación del PSOE es particularmente preocupante, ya que no solo enfrenta críticas por su gestión de la corrupción, sino que también se ve incapaz de abordar de manera efectiva los problemas que más preocupan a los ciudadanos, como la inseguridad y la inmigración.
La permanencia de Pedro Sánchez en La Moncloa parece depender en gran medida del apoyo de Podemos, a pesar de que el partido no cuenta con un presupuesto claro y se ve obligado a negociar constantemente con nacionalistas e independentistas. A pesar de las tensiones, Yolanda Díaz, líder de Sumar y actual ministra de Trabajo, ha optado por mantener su apoyo al PSOE, lo que ha generado fricciones internas en su partido.
Dentro de Sumar, se ha abierto una guerra interna, con miembros del partido distanciándose de Díaz y buscando una reconfiguración de la izquierda. La falta de unidad y la competencia interna han debilitado la posición de Sumar, que se enfrenta a la difícil tarea de consolidar su base electoral mientras lidia con la creciente popularidad de Podemos.
A medida que se acercan las elecciones generales de 2027, se plantean diversas posibilidades, incluyendo un adelanto electoral. Sin embargo, la fragmentación de la izquierda podría resultar en un escenario complicado, donde el PSOE intenta mantener su hegemonía mientras se enfrenta a una oposición dividida. La posibilidad de que los menores de edad puedan votar en estas elecciones también añade un nuevo elemento a la ecuación, ya que podría influir en la dinámica electoral.
La estrategia de Podemos parece centrarse en aglutinar a otras fuerzas bajo su ala, ignorando las peticiones de Izquierda Unida para una colaboración más amplia. La reciente purga dentro de Podemos ha dejado claro que el partido está decidido a reafirmar su liderazgo en la izquierda, a pesar de las divisiones internas y las críticas externas.
En el contexto de las elecciones autonómicas, la fragmentación de la izquierda podría beneficiar al PSOE, que se encuentra en una posición más fuerte en comparación con sus competidores. La falta de unidad entre las fuerzas de izquierda, como Más Madrid y Compromís, podría resultar en candidaturas separadas que debilitarían su capacidad de competir efectivamente contra el PSOE.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de la izquierda en España. La guerra interna entre Podemos y Sumar, junto con la falta de una estrategia cohesiva, podría llevar a una mayor debilidad en las próximas elecciones. La lucha por el liderazgo y la relevancia en un panorama político en constante cambio es un desafío que ambas formaciones deberán enfrentar si desean mantener su influencia en el futuro.