En un giro significativo en su política de comunicación, la Casa Blanca ha reemplazado su sitio web dedicado a la COVID-19, que anteriormente proporcionaba información práctica sobre la pandemia, por una nueva plataforma que promueve la teoría de que el virus se originó en un laboratorio de Wuhan, China. Este cambio ha suscitado una intensa controversia tanto en el ámbito político como en el científico, ya que se considera que la nueva página elimina recursos esenciales sobre salud pública y se enfoca en una narrativa política.
Hasta hace poco, COVID.gov era el sitio de referencia para millones de estadounidenses, ofreciendo información sobre cómo solicitar pruebas gratuitas, mantenerse al día con las vacunas y recibir tratamiento en caso de enfermedad. Sin embargo, ahora los usuarios que acceden a esa dirección son redirigidos a una página titulada “Lab Leak: The True Origins of COVID-19”. Esta nueva web no solo ha eliminado información útil, sino que también se centra en argumentos que respaldan la hipótesis de la fuga de laboratorio, una teoría que ha sido objeto de debate y controversia.
La nueva plataforma presenta cinco puntos principales que supuestamente respaldan la teoría de la fuga de laboratorio, incluyendo afirmaciones sobre características biológicas del virus y la enfermedad de investigadores en el laboratorio de Wuhan. Sin embargo, expertos como Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Saskatchewan, han señalado que cada uno de estos puntos es incorrecto o engañoso. La comunidad científica, en su mayoría, sigue apoyando la teoría del origen zoonótico, que sugiere que el virus se transmitió de animales a humanos en un mercado de vida silvestre.
Este cambio en la política de comunicación se produce en un contexto en el que la COVID-19 sigue siendo una amenaza significativa para la salud pública, con un promedio de 325 muertes semanales en Estados Unidos. A pesar de esto, la Casa Blanca ha decidido eliminar información sobre prevención y tratamiento, argumentando que busca ofrecer transparencia sobre el origen del virus.
La nueva web no solo promueve la teoría de la fuga de laboratorio, sino que también critica a figuras clave como el Dr. Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, acusándolo de manipular investigaciones y desacreditar la hipótesis de la fuga. Además, se dirigen críticas hacia la Organización Mundial de la Salud y otras autoridades, insinuando fallos en la gestión de la pandemia.
La decisión de la Casa Blanca ha alarmado a muchos en la comunidad científica, quienes advierten que esta plataforma prioriza la narrativa política sobre la evidencia científica. Este movimiento se enmarca en una tendencia más amplia de la administración Trump de desestimar información científica que no se alinea con su ideología, lo que ha llevado a un aumento en la desconfianza hacia las instituciones científicas.
Mientras tanto, las agencias de inteligencia estadounidenses han mantenido posturas divididas sobre el origen del virus, otorgando una baja confianza a la hipótesis de la fuga de laboratorio. Sin embargo, esta teoría ha sido adoptada como la narrativa oficial del gobierno, lo que ha reavivado el debate y la polarización en torno a la pandemia.
La eliminación de recursos de salud pública en favor de una plataforma política ha generado preocupaciones sobre la desinformación y el impacto en la salud pública. Expertos en salud advierten que este tipo de decisiones pueden tener consecuencias graves, especialmente en un momento en que la población necesita información clara y precisa sobre cómo protegerse de la COVID-19.
El origen del SARS-CoV-2 sigue siendo uno de los grandes enigmas científicos de nuestro tiempo. Aunque la nueva web de la Casa Blanca presenta la teoría de la fuga de laboratorio como una certeza, la realidad es que no existe consenso ni evidencia definitiva que respalde ninguna de las teorías principales. La comunidad científica internacional continúa reclamando acceso a datos y una investigación rigurosa y despolitizada sobre el origen del virus. Este cambio en la política de comunicación del gobierno ha puesto de manifiesto la necesidad de un enfoque basado en la evidencia y la ciencia, en lugar de en la ideología política.