El pasado 26 de abril de 2025, el mundo se unió en un emotivo homenaje al papa Francisco, quien falleció a los 88 años el 21 de abril. La ceremonia de despedida, que tuvo lugar en el corazón del Vaticano, reunió a más de 200,000 personas que se congregaron para rendir tributo a un pontífice conocido por su cercanía y su compromiso con los más necesitados. La misa funeral, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, se llevó a cabo bajo un cielo primaveral, en un ambiente que reflejaba la sencillez y humildad que caracterizaron el pontificado de Francisco.
La ceremonia comenzó con una conmovedora homilía del cardenal Re, quien recordó la última aparición pública del papa durante la bendición pascual, donde, a pesar de sus problemas de salud, se dirigió a los fieles desde el balcón de la Basílica de San Pedro. «Estamos reunidos en oración en torno a sus restos mortales con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe», expresó el cardenal, destacando la profunda conexión que Francisco había cultivado con la comunidad católica y el mundo en general.
### Un Legado de Misericordia y Servicio
El papa Francisco, conocido como el ‘Papa del Pueblo’, dejó un legado imborrable en la Iglesia Católica. Su enfoque en la misericordia y la inclusión fue un sello distintivo de su papado. Durante su homilía, el cardenal Re comparó el servicio de Francisco con el del apóstol Pedro, enfatizando que, a pesar de su fragilidad, el papa eligió vivir su vida en entrega y servicio hasta el final. «Amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida», afirmó, resaltando cómo su ministerio estuvo marcado por el principio de que «la felicidad está más en dar que en recibir».
Francisco fue un pionero en la promoción de la paz y la justicia social, y su compromiso con los marginados fue evidente a lo largo de su pontificado. Desde su histórico viaje a Lampedusa en 2013, donde abogó por los derechos de los refugiados, hasta su visita a Irak en 2021, que ofreció consuelo a una nación devastada por la guerra, su legado es uno de compasión y acción. En su homilía, el cardenal Re recordó las palabras del papa sobre la guerra, describiéndola como «muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas», subrayando su firme postura contra los conflictos bélicos.
### La Ceremonia y la Participación Global
La ceremonia de despedida no solo fue un evento religioso, sino también un momento de unidad global. Líderes religiosos, jefes de estado y miles de fieles de diversas partes del mundo se unieron para rendir homenaje a un líder que supo tocar los corazones de muchos. La masiva participación fue un testimonio del impacto que tuvo Francisco en la vida de millones de personas. El cardenal Re destacó que la manifestación de afecto y participación en el funeral reflejó cuánto había tocado el pontificado de Francisco las mentes y corazones de la gente.
El féretro del papa fue trasladado desde la Basílica de San Pedro hacia la Basílica de Santa María la Mayor, donde fue sepultado. Este acto marcó un momento histórico, ya que fue la primera vez que un papa fue enterrado fuera del Vaticano desde León XIII en 1903. Durante el recorrido, miles de fieles se alinearon en las calles de Roma, ofreciendo su último adiós al pontífice que había dedicado su vida a servir a los demás.
La ceremonia culminó con una oración en la que el cardenal Re confió el alma del papa Francisco a Dios, pidiendo que le concediera la felicidad eterna. Con esta emotiva despedida, la Iglesia universal cerró un capítulo significativo en su historia, recordando a un papa que vivió y murió «con olor a oveja», un legado de humildad y amor que perdurará en el tiempo. La figura del papa Francisco seguirá siendo un faro de esperanza y compasión en un mundo que a menudo se enfrenta a la división y la desesperanza.