En el contexto de la crisis provocada por la pandemia, el rescate de Air Europa ha sido un tema candente en la política española. Recientemente, se han filtrado mensajes entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exministro José Luis Ábalos, que revelan detalles sobre la intervención directa de Sánchez en la operación de rescate de la aerolínea. Estos mensajes, que fueron intervenidos por la Guardia Civil, han suscitado un intenso debate sobre la transparencia y la ética en la gestión pública.
### La Intervención de Sánchez en el Rescate
El 8 de septiembre, Sánchez reenvió un mensaje a Ábalos en el que daba recomendaciones sobre cómo abordar el rescate de Air Europa. En este intercambio, el presidente mostró su rechazo a la idea de entregar la aerolínea a IAG, la filial británica de Iberia, argumentando que, tras el Brexit, era estratégico mantener Air Europa bajo control español. Esta postura coincidía con la opinión de Juan José Hidalgo, propietario de la aerolínea, quien abogaba por un rescate estatal que le permitiera mantener la gestión de la compañía.
Los mensajes filtrados indican que Sánchez estaba preocupado por el futuro de Air Europa y sugirió contemplar la posibilidad de convertirla en una plataforma aérea del sur de Europa, en colaboración con otras aerolíneas como Alitalia y TAP. Sin embargo, también se mencionó que Globalia, el holding al que pertenece Air Europa, carecía de un gestor fuerte tras el declive de Hidalgo, lo que complicaba la situación.
Sánchez, en su mensaje a Ábalos, expresó: «Creo que merece la pena que le demos una vuelta». Esta intervención directa del presidente ha generado críticas, ya que muchos consideran que debería haber una mayor separación entre la política y la gestión empresarial. La respuesta de Ábalos fue ofrecer detalles sobre cómo se estaba enfocando la situación con Iberia, a lo que Sánchez replicó que la operación con IAG no le convencía, a menos que se le presentaran argumentos sólidos que justificaran lo contrario.
### La Oferta de IAG y el Contexto del Rescate
La oferta inicial de compra de Air Europa por parte de IAG se anunció en noviembre de 2019 por un valor de 1.000 millones de euros. Sin embargo, la pandemia tuvo un impacto devastador en la industria aérea, lo que llevó a IAG a reducir su propuesta a 500 millones de euros. Durante las negociaciones, Víctor de Aldama, asesor de Air Europa, tuvo acceso a información crítica sobre el rescate, lo que ha generado sospechas sobre la transparencia del proceso.
El 3 de noviembre, el Consejo de Ministros aprobó el rescate de Air Europa mediante un préstamo participativo de 240 millones de euros y otro ordinario de 235 millones. Este apoyo se gestionó a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas de la SEPI y se tramitó en un tiempo récord, cinco veces más rápido que la media del fondo. Esta rapidez ha sido objeto de críticas, ya que muchos se preguntan si se tomaron las decisiones correctas en un contexto de crisis.
La situación se complicó aún más cuando, en enero de 2021, la familia Hidalgo e IAG volvieron a negociar la venta de Air Europa por 500 millones de euros. La presión sobre el Gobierno para que mantuviera el control español sobre la aerolínea ha sido constante, y las filtraciones de mensajes entre Sánchez y Ábalos han puesto de manifiesto la complejidad de la situación.
La intervención de Sánchez en el rescate de Air Europa no solo ha generado un debate sobre la gestión pública, sino que también ha planteado preguntas sobre la ética en la política. La filtración de estos mensajes ha llevado a muchos a cuestionar la transparencia del Gobierno y su compromiso con la rendición de cuentas. En un momento en que la confianza en las instituciones está en juego, es crucial que se mantenga un diálogo abierto y honesto sobre las decisiones que afectan a la economía y a la ciudadanía.
La situación de Air Europa es un reflejo de los desafíos que enfrenta la industria aérea en la actualidad, y el papel del Gobierno en su rescate es un tema que seguirá generando controversia en el futuro. Las decisiones tomadas en este contexto no solo afectarán a la aerolínea, sino también a la percepción pública sobre la gestión del Gobierno y su capacidad para manejar crisis de esta magnitud.