El Partido Popular (PP) se enfrenta a una situación crítica que podría poner en riesgo su futuro electoral en varias comunidades autónomas. A pesar de ser uno de los principales partidos en España, la falta de carisma y efectividad de algunos de sus líderes regionales ha generado inquietud en la dirección nacional, ubicada en Génova 13. Esta problemática se manifiesta en la incapacidad de estos barones para consolidar el apoyo del electorado, lo que podría tener repercusiones significativas en las próximas elecciones.
**La Dificultad de los Líderes Regionales**
Uno de los casos más destacados es el de Paco Núñez, presidente del PP en Castilla-La Mancha. A pesar de sus intentos por desafiar al socialista Emiliano García-Page, quien ha logrado mayorías absolutas en dos ocasiones, Núñez ha sido incapaz de romper el dominio del PSOE en la región. La crítica interna hacia su liderazgo se ha intensificado, con miembros del partido reconociendo que «con Paco no ganamos a Page». Esta falta de carisma y conexión con la militancia ha llevado a que se plantee su posible relevo, lo que refleja una creciente preocupación en los círculos del PP.
En la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón también enfrenta un panorama complicado. Su gestión ha sido criticada, especialmente por su manejo de la crisis provocada por la Dana. Aunque llegó al poder en un contexto de desgaste del Botànic, su imagen se ha visto erosionada, y las encuestas sugieren que el PP podría sufrir un desplome en favor de Vox. A pesar de su cercanía con Núñez Feijóo, la situación de Mazón es delicada y podría afectar la estrategia del PP en la región.
**El Bloqueo en Otras Comunidades**
La situación no es mejor en otras comunidades donde el PP no tiene opciones reales de gobierno. En el País Vasco, Javier de Andrés ha intentado posicionarse como un crítico del PNV, pero su mensaje no ha calado en un electorado que ve al PP como una fuerza marginal. En Cataluña, Alejandro Fernández ha sido un crítico de la línea estratégica del PP, pero su capacidad para revertir la tendencia negativa del partido en la región es cuestionada. La comunidad sigue siendo un bastión inexpugnable para el PP, y su liderazgo no parece estar a la altura de las circunstancias.
En Navarra, Javier García ha intentado presentarse como un líder dinámico, pero su gestión ha sido criticada por su falta de efectividad. La intervención de la dirección nacional para evitar fracturas internas ha evidenciado la debilidad de su liderazgo. Las críticas hacia su estilo político, que algunos consideran oportunista, han generado un clima de desconfianza que podría afectar aún más al PP en esta comunidad.
La suma de estas debilidades territoriales representa un desafío serio para el PP a nivel nacional. Feijóo, consciente de la situación, busca mostrar un partido cohesionado y con liderazgos fuertes, pero la realidad es que hasta seis barones están siendo cuestionados por sus propios equipos. Esta falta de capacidad de crecimiento electoral podría lastrar el mensaje del partido y cerrar la posibilidad de ampliar su base en comunidades clave.
La dirección nacional ha optado por la cautela y el continuismo, pero cada vez más voces dentro del partido piden una intervención directa para reconfigurar el liderazgo territorial. La historia ha demostrado que un mal anclaje autonómico puede costarle al PP mucho más que unas simples elecciones; puede poner en riesgo su aspiración de alcanzar el poder a nivel estatal. La presión sobre Génova 13 aumenta, y la necesidad de un cambio se vuelve cada vez más urgente.