En los últimos días, la concejala de Festejos y Turismo de Ourense, Noa Rouco, ha sido objeto de intensas críticas tras su aparición en un vídeo junto al alcalde Gonzalo Pérez Jácome. El clip, que se grabó en las Termas do Muiño, tenía como objetivo promocionar el turismo en la región, pero la presencia de Rouco en bañador ha desatado un torrente de comentarios negativos en redes sociales, muchos de ellos de carácter machista.
La controversia comenzó cuando el alcalde, conocido por sus métodos poco convencionales, decidió grabar un vídeo en el que se bañaba en las termas para demostrar su seguridad y animar a los turistas a visitarlas. Sin embargo, la Xunta de Galicia había desaconsejado el baño en estas aguas, lo que generó aún más polémica. En el vídeo, Rouco aparece al lado de Jácome, pero no interviene en la conversación, lo que llevó a muchos a criticarla por ser considerada una «mujer florero».
### La Reacción de las Redes Sociales
Las redes sociales se inundaron de comentarios sobre la concejala, muchos de los cuales minimizaban su papel en el gobierno local y se centraban en su apariencia física. Algunos usuarios de Twitter expresaron su descontento con la situación, sugiriendo que Rouco solo estaba allí por su buen físico y no por su capacidad como funcionaria. Esta percepción ha sido un tema recurrente en la política, donde las mujeres a menudo son juzgadas más por su apariencia que por su competencia profesional.
«Noa Rouco, la mujer florero de Ourense…» fue uno de los comentarios que resonó en la plataforma, reflejando la frustración de muchos ante la objetivación de las mujeres en el ámbito político. Otros comentarios, más sarcásticos, insinuaron que Rouco debería haber aparecido en bikini para ser más acorde con la imagen que algunos esperaban de ella. Esta situación ha puesto de manifiesto la lucha constante que enfrentan las mujeres en la política, donde su profesionalismo es a menudo eclipsado por su apariencia.
### La Defensa de Noa Rouco
Ante la avalancha de críticas, Noa Rouco decidió romper su silencio y defender su papel en el vídeo. En una aparición en el programa ‘En Boca de Todos’, la concejala enfatizó que su presencia en el vídeo era parte de su responsabilidad como concejala de Turismo. «La persona que decidió no hablar fui yo, a mí nadie me prefiere calladita, soy yo la que decido dónde y cuándo», afirmó, desafiando las críticas que la acusaban de ser un mero adorno en la grabación.
Rouco también destacó que el problema no radica en su decisión de no hablar, sino en la percepción de quienes la critican. «El problema es de quien mira. Las únicas que me atacan son mujeres», comentó, sugiriendo que la rivalidad entre mujeres en el ámbito profesional puede ser un factor que contribuye a la perpetuación de estos estereotipos.
La concejala ha manifestado su deseo de ser vista como una profesional competente y no como un objeto de crítica por su apariencia. Su defensa ha resonado con muchas mujeres que han enfrentado situaciones similares en sus propias carreras, donde su trabajo es a menudo subestimado debido a su género.
La controversia en torno a Noa Rouco y el vídeo en las Termas do Muiño ha abierto un debate más amplio sobre el machismo en la política y la necesidad de que las mujeres sean valoradas por su trabajo y no por su apariencia. A medida que la conversación continúa, es evidente que la lucha por la igualdad de género en el ámbito político sigue siendo un tema candente que requiere atención y acción.