La historia de Gran Canaria está marcada por la rica herencia cultural de sus pueblos indígenas, y uno de los personajes más emblemáticos de esta narrativa es Guayarmina, una mujer que no solo fue una figura clave en su tiempo, sino que también dejó una huella indeleble en la historia de las Islas Canarias. Su vida y legado nos permiten entender mejor la complejidad de la conquista y la integración de los pueblos indígenas en el nuevo orden colonial que se estableció tras la llegada de los castellanos.
### La Vida de Guayarmina: Una Princesa Aborigen
Guayarmina nació alrededor de 1470 en el seno de la familia real del guanartemato de Gáldar, siendo hija del rey Tenesor Semidán, conocido posteriormente como don Fernando Guanarteme. Esta joven princesa pertenecía a la élite indígena que gobernaba Gran Canaria justo antes de la llegada de los conquistadores. Su nombre, que puede traducirse como «guarda, reserva o protección hasta la sequía prolongada», sugiere un simbolismo profundo que conecta su identidad con la naturaleza y el cosmos, lo que era común en la onomástica real canaria.
La historia de Guayarmina se entrelaza con la conquista de Gran Canaria, un proceso que comenzó en 1483 cuando las tropas de Pedro de Vera, bajo el mando de Fernando Guanarteme, sitiaron el macizo de Ansite. En un giro dramático, Guayarmina y su prima Masequera fueron entregadas como prisioneras, un evento que marcó el final de la resistencia indígena en la isla. Convertida al catolicismo, Guayarmina fue educada en la Corte española, donde se convirtió en una figura cercana a la infanta María de Aragón.
En torno a 1486, Guayarmina contrajo matrimonio con el hidalgo extremeño Miguel de Trejo y Carvajal. De esta unión nacieron cuatro hijos: María, Alonso, Hernán y Bernardino. A través de sus descendientes, Guayarmina no solo perpetuó su linaje, sino que también dejó una marca en la historia de las Islas Canarias y más allá, con apellidos que se han extendido por el mundo hispano.
### La Información Guanartémica: Un Testimonio de Resiliencia
Uno de los momentos más significativos en la vida de Guayarmina fue la promoción de la “Información Guanartémica” en 1526. Este documento notarial fue crucial para demostrar su filiación y consolidar sus derechos hereditarios sobre el fértil valle de Guayedra, un territorio que había pertenecido a su padre. La “Información Guanartémica” no solo es un testimonio de su lucha por mantener su herencia, sino que también se considera una pieza clave para entender la integración de la nobleza indígena en el nuevo orden castellano.
Este expediente, que ha sobrevivido a través de los siglos, revela la complejidad de la identidad indígena en un contexto de colonización. Guayarmina se presenta como una mujer que, a pesar de las adversidades, defendió sus derechos y su legado, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y resiliencia. Su vida es un recordatorio de que las mujeres indígenas jugaron un papel fundamental en la historia de la conquista, a menudo invisibilizadas en las narrativas dominantes.
La última mención documentada de Guayarmina data de 1542, y la tradición sostiene que falleció en Las Palmas a mediados de la década de 1540. Su muerte marcó el cierre de una era, pero su legado perdura en la memoria colectiva de Gran Canaria y en los apellidos que aún hoy se encuentran en la isla y en América.
### Un Legado que Trasciende el Tiempo
La historia de Guayarmina es un testimonio de la rica herencia cultural de Gran Canaria y de la importancia de reconocer el papel de las mujeres en la historia. Su vida y su lucha por mantener su herencia son un reflejo de las complejidades de la identidad indígena en un mundo en transformación. A través de su legado, Guayarmina se convierte en una figura inspiradora para las generaciones actuales, recordándonos la importancia de la resistencia y la reivindicación de nuestras raíces.
En un contexto contemporáneo donde el feminismo y la igualdad de género son temas de gran relevancia, la figura de Guayarmina resuena con fuerza. Su historia invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en la historia y la necesidad de visibilizar sus contribuciones. La herencia de Guayarmina no solo se limita a su linaje, sino que se extiende a la identidad cultural de Gran Canaria, un legado que sigue vivo en la memoria de sus habitantes y en la historia de las Islas Canarias.