En los últimos años, el debate sobre la lengua en el País Valenciano ha cobrado una nueva dimensión, impulsado por la coalición entre el Partido Popular (PP) y Vox. Esta alianza ha reavivado tensiones históricas en torno a la identidad lingüística y cultural de la región, llevando a un resurgimiento del anticatalanismo que se había mantenido relativamente a raya desde la creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en 1998. La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro del valenciano y su estatus en la educación y la administración pública.
La reciente retórica del PP y Vox ha girado en torno a la idea de «estrangular» la AVL, lo que implica un ataque directo a la normativización y promoción del valenciano. Este enfoque no solo busca deslegitimar la institución que regula la lengua, sino que también se enmarca en una estrategia más amplia de despolitización del debate lingüístico, que ha sido un pilar fundamental del autogobierno valenciano. La AVL, desde su creación, ha trabajado para establecer un estándar para el valenciano, pero ahora se enfrenta a un contexto donde su existencia misma está en peligro debido a recortes presupuestarios y ataques políticos.
### La Estrategia del PP y Vox: Un Nuevo Anticatalanismo
El anticatalanismo ha sido una constante en la política valenciana, utilizado como herramienta por la derecha para movilizar a sus bases. En este sentido, el PP, bajo el liderazgo de Carlos Mazón, ha adoptado un discurso que identifica cualquier iniciativa a favor del valenciano como un intento de catalanización. Esta narrativa se ha intensificado en un contexto donde la oposición a los gobiernos progresistas se ha vuelto más feroz, utilizando el miedo a una supuesta anexión cultural a Catalunya como un argumento central.
La reciente ley de «libertad educativa» es un claro ejemplo de esta estrategia. Esta normativa busca eliminar el modelo de inmersión lingüística en valenciano en las escuelas, permitiendo que las familias elijan entre el valenciano y el castellano como lengua de instrucción. Sin embargo, expertos en pedagogía han señalado que esta medida podría llevar a una disminución del uso del valenciano en el ámbito educativo, ya que se espera que la mayoría de las familias opten por el castellano, lo que podría resultar en una disminución de la competencia lingüística en valenciano entre los estudiantes.
Además, la propuesta de considerar a Alacant como una ciudad exclusivamente castellanoparlante es otro paso en esta dirección. Esta iniciativa, impulsada por el PP en colaboración con Vox, busca despojar al valenciano de su estatus oficial en la ciudad, lo que refleja un intento de homogeneizar la identidad lingüística en la región. Sin embargo, esta medida ha encontrado resistencia incluso dentro del propio PP, donde algunos miembros han expresado su desacuerdo con la estrategia de castellanización.
### La Batalla por el Topónimo: València vs. Valéncia
Uno de los aspectos más simbólicos de esta lucha es el debate en torno al topónimo de la ciudad de València. La AVL ha defendido la forma «València» con tilde grave, que se basa en la tradición escrita y la pronunciación histórica de la lengua. Sin embargo, el PP y Vox han propuesto cambiarlo a «Valéncia» con tilde aguda, argumentando que esta forma refleja mejor la pronunciación actual de la mayoría de los valencianos.
Este debate no es solo una cuestión de ortografía; es un reflejo de la lucha más amplia por la identidad lingüística en el País Valenciano. La propuesta de cambiar la forma oficial del topónimo ha sido vista como un intento de deslegitimar la normativización del valenciano y de promover una visión más fragmentada de la lengua. La AVL, que ha defendido la forma tradicional, se encuentra en una posición delicada, ya que cualquier cambio en la normativa debe contar con su aprobación.
La situación se complica aún más por la aparición de figuras como Vicente Mompó, quien, a pesar de ser miembro del PP, ha adoptado un enfoque más conciliador hacia el valenciano. Mompó ha defendido la elección del valenciano como lengua base en la educación y ha expresado su desacuerdo con la iniciativa de castellanizar Alacant. Sin embargo, su posición ha sido criticada por Vox, que lo ha acusado de «catalanismo».
### Implicaciones para el Futuro del Valenciano
La actual polarización en torno al valenciano plantea serias preguntas sobre su futuro. La retórica del PP y Vox, que busca deslegitimar la lengua y su promoción, podría tener consecuencias duraderas en la percepción pública del valenciano. A medida que se intensifican los ataques a la AVL y se implementan políticas que favorecen el castellano, el riesgo de que el valenciano pierda su estatus y uso en la vida cotidiana se vuelve más real.
La lucha por el valenciano no es solo una cuestión lingüística, sino que está intrínsecamente ligada a la identidad cultural y política del País Valenciano. La capacidad de la lengua para sobrevivir y prosperar dependerá de la voluntad de la sociedad valenciana de defender su patrimonio lingüístico y de resistir las presiones políticas que buscan homogeneizar su identidad. En este contexto, la movilización social y el apoyo a iniciativas que promuevan el uso del valenciano en todos los ámbitos de la vida pública serán cruciales para garantizar su futuro.
La batalla por el valenciano en el País Valenciano es, en última instancia, una lucha por la identidad y la diversidad cultural. A medida que el debate se intensifica, será fundamental que los ciudadanos se involucren y defiendan su lengua y cultura, no solo como un derecho, sino como un elemento esencial de su identidad colectiva.