Un robo de cable en varios tramos de la provincia de Toledo ha causado un impacto significativo en la circulación ferroviaria, afectando a la línea de alta velocidad que conecta Madrid con Sevilla. Este incidente, ocurrido el pasado domingo, ha generado importantes retrasos y cancelaciones, afectando a más de 10,700 viajeros y a 30 trenes. El suceso se produjo justo cuando miles de personas regresaban a sus hogares tras el puente del Primero de Mayo, lo que ha intensificado la frustración entre los pasajeros.
### Un Acto de Sabotaje Coordinado
El ministro de Transportes, Óscar Puente, no ha dudado en calificar el robo como «un acto grave de sabotaje». En su declaración, Puente destacó que se trató de múltiples robos de cable en cuatro puntos distintos dentro de un radio de 10 kilómetros, específicamente en Los Yebenes y Manzaneque. Estos robos afectaron los sistemas de seguridad de la línea, lo que generó retrasos significativos en los servicios de Larga Distancia, Alta Velocidad y AVANT.
La situación se complicó aún más cuando, en la madrugada del lunes, se reanudó la circulación de los trenes que habían quedado detenidos. Según el presidente de Renfe, Álvaro Fernández de Heredia, la reanudación de la marcha se logró a las 2:30 a.m., aunque muchos trenes ya habían sufrido demoras considerables. La combinación de este robo y un incidente adicional, donde un tren de Iryo dañó la catenaria, complicó aún más la situación, llevando a la cancelación de varias salidas.
### Investigación en Curso y Reacciones Políticas
La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer los hechos, centrándose en los cuatro puntos donde se produjeron los robos. El ministro Puente ha enfatizado que no se trata de un incidente aislado, sino de un ataque coordinado que ha puesto en jaque el transporte ferroviario en una de las líneas más importantes del país. La gravedad del caso ha llevado a la necesidad de colaboración ciudadana para identificar a los responsables de estos actos delictivos.
Mientras tanto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha criticado la situación, señalando que estos incidentes son parte de una «calamidad diaria» que afecta la imagen del transporte público y, por ende, la economía. Ayuso ha instado a las autoridades a tomar medidas más efectivas para garantizar la seguridad y la fiabilidad del servicio ferroviario.
El impacto de este sabotaje no solo se ha sentido en los retrasos y cancelaciones, sino también en la percepción pública del sistema ferroviario. Muchos usuarios han expresado su frustración en redes sociales, cuestionando la capacidad de las autoridades para prevenir tales incidentes y garantizar un servicio seguro y eficiente.
La situación actual ha llevado a Renfe y Adif a desplegar equipos técnicos para trabajar en la normalización del servicio. Sin embargo, las consecuencias del sabotaje y el incidente con el tren de Iryo han dejado una marca negativa en la operativa ferroviaria, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la confianza del público.
Este incidente subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas y la necesidad de implementar medidas de seguridad más robustas para proteger el transporte ferroviario. A medida que la investigación avanza, se espera que las autoridades proporcionen más información sobre los responsables y las medidas que se tomarán para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.