La política alemana ha vivido un momento histórico con la elección de Friedrich Merz como nuevo canciller del país. Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), fue elegido en una segunda votación en el Bundestag, tras un primer intento fallido que dejó a muchos en estado de incertidumbre. Este evento marca un cambio significativo en la dirección política de Alemania, que había estado bajo el liderazgo de los socialdemócratas durante la última legislatura.
### Un Comienzo Inesperado
El proceso de elección de Merz no estuvo exento de sorpresas. En su primer intento, no logró obtener los 316 votos necesarios, quedándose en 310, lo que llevó a una situación sin precedentes en la historia política alemana. Este revés inicial generó preocupación sobre la estabilidad del nuevo gobierno y la capacidad de la CDU para formar una coalición efectiva con los socialdemócratas, quienes habían acordado unirse a Merz en un nuevo gobierno de gran coalición.
La rápida convocatoria de una segunda votación fue crucial para evitar una crisis política mayor. Finalmente, Merz logró obtener 325 votos a favor, lo que le permitió asumir el cargo de canciller. Este cambio de liderazgo se produce en un contexto donde Alemania enfrenta desafíos significativos, incluyendo una economía estancada y cuestiones migratorias que requieren atención inmediata.
### Desafíos en la Agenda de Merz
Con su ascenso al poder, Merz se enfrenta a una serie de retos que definirán su mandato. Uno de los temas más apremiantes es la gestión de la inmigración. Merz ha expresado su intención de endurecer las condiciones de asilo y acelerar los retornos de inmigrantes irregulares, alineándose con el pacto migratorio europeo que se espera entre en vigor en 2026. Este enfoque podría generar tensiones tanto a nivel nacional como en el contexto europeo, donde Alemania ha sido vista como un líder en la política de asilo.
Además, la economía alemana atraviesa un periodo complicado. Tras años de crecimiento, el país se encuentra en su tercer año consecutivo de recesión, lo que ha llevado al Bundesbank a advertir sobre un «obstinado estancamiento». Merz ha manifestado su intención de revitalizar la economía, buscando garantizar un suministro energético estable y explorando la posibilidad de reabrir centrales nucleares, desafiando las políticas medioambientales recientes. También ha propuesto una reestructuración del sistema de prestaciones sociales, con el objetivo de limitar las ayudas a quienes no participen activamente en la búsqueda de empleo.
La CDU, bajo el liderazgo de Merz, busca recuperar el liderazgo económico de Alemania, alejándose de las dependencias energéticas de Rusia y de las relaciones comerciales con China. Este cambio de enfoque podría tener implicaciones significativas para la política económica del país y su posición en la Unión Europea.
### Reacciones y Expectativas Internacionales
La elección de Merz ha sido recibida con optimismo por parte de varios líderes europeos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, han expresado su confianza en que el nuevo canciller fortalecerá tanto a Alemania como a Europa. Emmanuel Macron, presidente de Francia, también ha destacado la importancia de fortalecer la relación franco-alemana, enfatizando la necesidad de acelerar la agenda europea de soberanía y competitividad.
Sin embargo, la oposición no ha tardado en manifestar sus preocupaciones. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha criticado la fragilidad de la nueva coalición y ha exigido nuevas elecciones, mientras que los Verdes han señalado que la confianza en Merz y su gobierno se ha visto afectada por el fracaso en la primera votación.
El camino por delante para Merz no será fácil. Con una coalición que ya muestra signos de tensión y una economía que requiere atención urgente, el nuevo canciller deberá navegar por un panorama político complejo. Las decisiones que tome en los próximos meses no solo afectarán a Alemania, sino que también tendrán repercusiones en toda Europa, donde se espera que Alemania asuma un papel más proactivo en la resolución de crisis y en la promoción de políticas que beneficien a la región en su conjunto.