En un mundo donde la racionalidad y el pensamiento lógico son a menudo exaltados, la sensibilidad se presenta como un aspecto relegado y, en ocasiones, malinterpretado. El doctor Sergi Rufi, psicólogo y autor del libro ‘Abiertos a sentir’, propone una reflexión profunda sobre la importancia de las emociones en nuestras vidas. Su obra no solo busca reivindicar la sensibilidad, sino también ofrecer un camino hacia la autenticidad emocional en un entorno que tiende a reprimirla.
La premisa central de Rufi es que el verdadero bienestar no radica en pensar menos, sino en atrevernos a sentir más. En su libro, el autor nos invita a un viaje íntimo por las emociones que a menudo silenciamos: miedo, tristeza, rabia y alegría. Estas emociones, lejos de ser vistas como debilidades, son presentadas como fuerzas vitales que nos conectan con nuestra humanidad y nos permiten vivir de manera más plena.
### La Dictadura del Pensamiento y la Reivindicación de la Sensibilidad
Rufi señala que hemos estado sometidos a lo que él llama «la dictadura del pensamiento», donde el exceso de racionalismo ha marginado el sentimiento. Esta desconexión de nuestras emociones puede llevar a una vida fría y automática, donde las necesidades y opiniones más auténticas quedan relegadas. En este contexto, el autor aboga por un equilibrio entre razón y emoción, sugiriendo que la sensibilidad debe recuperar su lugar central en nuestras vidas.
El autor también aborda la percepción negativa que a menudo se tiene de las personas sensibles. En sociedades que valoran la dureza y la eficiencia, ser sensible puede ser visto como un signo de debilidad. Sin embargo, Rufi argumenta que la verdadera fortaleza radica en la capacidad de sentir profundamente. La sensibilidad, lejos de ser una carga, es un regalo que, cuando se vive con dignidad y confianza, puede enriquecer nuestras vidas.
### Emociones Incómodas: Miedo, Tristeza y Rabia
Uno de los puntos más interesantes que Rufi toca en su obra es el papel de las emociones incómodas, como el miedo, la tristeza y la rabia. A menudo, estas emociones son vistas como negativas y se tiende a ocultarlas. Sin embargo, el autor sostiene que cada emoción tiene un sentido profundo y preciso. Por ejemplo, el miedo nos protege, la rabia nos da fuerza y la tristeza nos invita a reflexionar sobre lo que hemos perdido.
La represión de estas emociones, según Rufi, es lo que realmente nos daña. En lugar de ignorarlas, deberíamos aprender a integrarlas en nuestras vidas. Al hacerlo, nos volvemos más completos y más humanos. La clave está en aceptar que estas emociones no son enemigas, sino maestras que nos enseñan sobre nosotros mismos y sobre la vida.
Rufi también comparte su experiencia personal con estas emociones, revelando que tanto la rabia como la tristeza le costaron aceptar en su propio camino. La rabia, a menudo considerada peligrosa, y la tristeza, vista como un signo de debilidad, son emociones que él ha aprendido a reconciliar. Este proceso, aunque desafiante, ha sido liberador y transformador.
### Vivir con el Corazón Abierto
Para Rufi, «vivir con el corazón abierto» implica dejar de lado el miedo a sentir y permitirnos emocionarnos, incluso cuando eso puede doler. Esta autenticidad emocional nos conecta con los demás y nos permite experimentar la vida en su totalidad. El autor enfatiza que abrirse a sentir no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía.
El libro ‘Abiertos a sentir’ está dirigido a todas aquellas personas que se han sentido «demasiado» en algún momento de sus vidas: demasiado sensibles, demasiado intensas, o demasiado humanas. Es una guía para dejar de reprimir nuestras emociones y aprender a compartirlas con dignidad y seguridad. Al hacerlo, podemos reconectar con nuestro criterio propio y darle un sentido más profundo a nuestras vidas.
En un mundo que a menudo nos empuja a desconectarnos de nuestras emociones, la obra de Sergi Rufi se presenta como un faro de esperanza. Nos recuerda que la sensibilidad no es una debilidad, sino un superpoder que, cuando se abraza, puede transformar nuestra experiencia de vida. Al final, el verdadero desafío no es sentir demasiado, sino aprender a vivir plenamente con nuestras emociones, dándoles el espacio que merecen en nuestro día a día.