La reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya ha dejado a España en una encrucijada política tras la decisión de aumentar el gasto militar hasta el 5% del PIB. Este acuerdo, firmado por todos los miembros de la Alianza, ha generado un intenso debate en el país, especialmente entre los partidos que forman parte del gobierno y la oposición. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se enfrenta a críticas tanto de sus aliados como de sus adversarios, lo que complica su posición en un contexto político ya de por sí tenso.
La cumbre, que tuvo lugar el 25 de junio de 2025, fue un punto de inflexión en la política de defensa de España. A pesar de las declaraciones iniciales de Sánchez, que prometían mantener el gasto en defensa sin incrementos significativos, la realidad ha demostrado ser muy diferente. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha sido una de las voces más críticas, comparando la situación actual con la controvertida cumbre de las Azores que precedió a la guerra de Irak. Belarra ha calificado el acuerdo como una «traición» a la clase trabajadora y ha exigido al Gobierno que no firme el aumento del gasto militar, argumentando que la OTAN es una «organización criminal» que pone en peligro la seguridad de España.
### La Respuesta de la OTAN y la Interpretación Española
A pesar de los intentos del Gobierno español de interpretar el acuerdo de manera favorable, la postura de la OTAN es clara: no habrá excepciones al compromiso del 5% del PIB. El primer ministro belga, Bart De Wever, ha enfatizado que todos los miembros deben cumplir con este nuevo objetivo, desestimando cualquier intento de España de justificar su posición. De Wever subrayó que la OTAN no es «tonta» y que el compromiso es una cuestión de interpretación, lo que deja a España en una situación comprometida frente a sus socios.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha salido en defensa de Sánchez, acusando a Podemos de no entender la realidad y de obstaculizar el progreso de las políticas progresistas. Montero ha afirmado que España ha mantenido su posición de no incrementar el gasto en defensa, aunque la realidad del acuerdo firmado contradice esta afirmación. Por su parte, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido que España invertirá el 2,1% de su PIB en defensa, lo que considera suficiente para cumplir con las capacidades necesarias, aunque esto no se alinea con el nuevo compromiso de la OTAN.
### La Reacción de la Oposición y el Futuro Político de Sánchez
La oposición no ha tardado en reaccionar ante la situación. Los partidos de la oposición han criticado duramente la decisión de Sánchez, argumentando que el aumento del gasto militar es una traición a los principios progresistas que el Gobierno dice defender. La controversia ha puesto en evidencia las divisiones internas dentro del propio Gobierno, donde los diferentes partidos tienen visiones divergentes sobre el papel de España en la OTAN y el gasto en defensa.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha confirmado que España ha firmado el acuerdo, aunque ha reconocido que el país debe dedicar un 3,5% de su PIB a defensa, al igual que el resto de los miembros. Rutte ha señalado que la OTAN evaluará el gasto de los aliados en informes anuales y que habrá una revisión de los planes de gasto en 2029. Esta declaración ha dejado claro que la presión sobre España para cumplir con sus compromisos será constante.
La situación actual plantea un desafío significativo para Pedro Sánchez, quien deberá encontrar una manera de justificar esta decisión ante sus socios de gobierno y la opinión pública. La capacidad del presidente para navegar por estas aguas turbulentas será crucial en las próximas semanas, ya que la presión política aumenta y las críticas se intensifican. Conociendo la habilidad de Sánchez para manejar situaciones complicadas, su equipo confía en que podrán salir a flote de esta crisis, aunque el camino por delante no será fácil.