En un giro significativo de su estrategia, BP ha decidido despedir a su equipo dedicado a la movilidad baja en carbono, una medida que refleja un cambio hacia un enfoque más tradicional en el sector de petróleo y gas. Esta decisión fue comunicada por Martin Thomsen, un alto ejecutivo de la compañía, quien indicó que mantener un equipo enfocado en el transporte de bajas emisiones ya no era considerado «comercialmente viable».
La reestructuración de BP se produce en un contexto donde la empresa busca aumentar su rentabilidad y mejorar el precio de sus acciones. En febrero, el CEO de BP, Bernard Looney, anunció que la compañía abandonaría su plan de cinco años para convertirse en un actor relevante en el sector de energías renovables, recortando su gasto en energía verde en un 70%. Este cambio de rumbo se vio impulsado por la presión del fondo de cobertura activista Elliott Management, que adquirió una participación cercana al 5% en BP y exigió cambios drásticos en la gestión de la empresa.
Thomsen, en un correo electrónico dirigido al personal, explicó que la transición energética estaba avanzando más lentamente de lo que BP había anticipado. Los proyectos de movilidad baja en carbono requerían una inversión considerable en un momento en que el capital disponible para la división más amplia de la compañía se había reducido. En una llamada posterior con el personal, fue aún más directo, afirmando que la visión de BP de un futuro bajo en carbono no se había materializado como se esperaba.
La reducción del equipo de movilidad baja en carbono ya había comenzado antes de este anuncio, pasando de 30 a solo 9 empleados en un periodo de nueve meses. BP ha confirmado que la decisión de cerrar este equipo no afectará a su negocio de carga de vehículos eléctricos, BP Pulse, que sigue siendo una de las áreas clave de crecimiento para la compañía. BP Pulse se centra en expandir su red de carga de vehículos eléctricos en mercados clave como el Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y China, además de buscar oportunidades en India, España y Portugal.
Este cambio en la estrategia de BP ha suscitado reacciones mixtas en el sector energético. Algunos analistas ven la decisión como un retroceso en los esfuerzos por abordar el cambio climático y la transición hacia energías más limpias. Sin embargo, otros argumentan que la presión financiera y la necesidad de rentabilidad a corto plazo pueden haber llevado a la compañía a priorizar sus operaciones más tradicionales.
La decisión de BP de reducir su enfoque en la movilidad baja en carbono es parte de una tendencia más amplia en la industria energética, donde varias empresas están reevaluando sus compromisos con las energías renovables en un entorno de mercado incierto. A medida que los precios del petróleo y el gas han fluctuado, muchas compañías han optado por regresar a sus raíces en la extracción y venta de combustibles fósiles, priorizando la estabilidad financiera sobre los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.
En resumen, la reciente decisión de BP de despedir a su equipo de movilidad baja en carbono y regresar a un enfoque más centrado en el petróleo y el gas refleja las presiones económicas que enfrenta la industria energética. A medida que la transición hacia un futuro más sostenible continúa, será crucial observar cómo las grandes empresas del sector equilibran la necesidad de rentabilidad con sus compromisos ambientales.