La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha expresado recientemente la disposición de la Unión Europea (UE) a implementar medidas comerciales más contundentes, incluyendo la posibilidad de impuestos a las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, si las negociaciones con el presidente Donald Trump no logran un acuerdo satisfactorio. En una entrevista, von der Leyen destacó que la UE busca un acuerdo «equilibrado» durante el periodo de moratoria de 90 días que Trump ha concedido a sus socios comerciales para aplicar aranceles adicionales.
La advertencia de von der Leyen se produce en un contexto de creciente tensión comercial entre Estados Unidos y la UE, donde la guerra arancelaria ha llevado a un punto de inflexión en las relaciones comerciales globales. La presidenta de la Comisión Europea subrayó que, si las negociaciones no fructifican, la UE está dispuesta a introducir medidas de represalia que podrían incluir un impuesto sobre los ingresos publicitarios de empresas como Meta, Google y Facebook.
Von der Leyen explicó que la UE está considerando una amplia gama de contramedidas en caso de que las negociaciones no sean satisfactorias. Esto podría incluir aranceles al comercio de servicios entre Estados Unidos y la UE, lo que afectaría significativamente a las grandes empresas tecnológicas que operan en el mercado europeo. La presidenta enfatizó que la guerra comercial ha generado un alto costo en términos de incertidumbre y volatilidad en los mercados.
La Comisión Europea ha suspendido recientemente las represalias previstas contra los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio, que habrían afectado importaciones por un valor aproximado de 21,000 millones de euros. Esta decisión se tomó en un intento de facilitar el diálogo con Washington, aunque von der Leyen advirtió que la UE no tolerará que los productos chinos afectados por los aranceles estadounidenses sean redirigidos a Europa.
En cuanto a las negociaciones con Estados Unidos, la UE ha ofrecido un acuerdo arancelario «cero por cero» para bienes industriales, aunque esta propuesta no ha tenido éxito en Washington. Von der Leyen se mostró abierta a discutir la armonización de normas y estándares entre la UE y Estados Unidos, pero también advirtió que no se deben generar expectativas excesivas, ya que las diferencias culturales y de estilo de vida pueden dificultar este proceso.
La presidenta de la Comisión también descartó modificar el Reglamento de Servicios Digitales de la UE, que ha sido interpretado por funcionarios de Trump como un impuesto de facto sobre las grandes empresas tecnológicas estadounidenses. Además, von der Leyen indicó que la UE no negociará sobre el IVA, ya que considera que es una decisión soberana de cada Estado miembro.
Si las negociaciones fracasan, la UE reactivará automáticamente las contramedidas de represalia que se habían previsto en respuesta a los aranceles estadounidenses. Von der Leyen también mencionó que estas contramedidas podrían afectar el superávit de servicios de Estados Unidos con la UE, dado que la mayoría de los servicios que se exportan a Europa provienen de Estados Unidos.
En el contexto de la guerra comercial, von der Leyen destacó que las políticas de Trump han transformado las relaciones comerciales globales y han impulsado conversaciones entre la UE y otras potencias, como Malasia, Tailandia, Filipinas, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos. La presidenta subrayó que muchos países están interesados en colaborar con la UE para equilibrar el sistema de comercio global y competir en términos de calidad en lugar de aranceles.
Finalmente, von der Leyen enfatizó que las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) no han logrado garantizar condiciones equitativas, especialmente debido a las subvenciones que China otorga a su producción manufacturera. La guerra comercial ha llevado a un debate sobre cómo modernizar y reformar la OMC para abordar estas desigualdades y asegurar un comercio más justo a nivel global.