En un contexto político cada vez más tenso, Junts per Catalunya ha lanzado un ultimátum al Gobierno de Pedro Sánchez, exigiendo el reconocimiento nacional de Cataluña y la aplicación de la amnistía. Durante una reciente entrevista, el secretario general de Junts, Jordi Turull, dejó claro que el partido independentista otorgará al Ejecutivo un plazo hasta finales de mayo para cumplir con los acuerdos pactados en Bruselas. De no ser así, Junts reconsiderará su apoyo al Gobierno, lo que podría tener repercusiones significativas en la estabilidad política del país.
La crítica de Junts hacia el Gobierno no se ha hecho esperar. Turull ha expresado su descontento con el desarrollo de los acuerdos, señalando varios incumplimientos, como la falta de aplicación de la amnistía y el estancamiento en el traspaso de competencias en inmigración. En sus declaraciones, cuestionó la voluntad del PSOE, preguntándose cuáles de los acuerdos ya han sido ejecutados. Esta situación ha generado un ambiente de desconfianza entre ambas partes, lo que podría complicar aún más las relaciones políticas en el futuro.
Uno de los puntos más críticos que Turull ha destacado es la situación judicial de Carles Puigdemont, a quien considera un «activo político válido». La falta de avances en su caso ha sido un tema recurrente en las discusiones entre Junts y el Gobierno, y Turull ha instado a que se realice una reunión entre Sánchez y Puigdemont para abordar esta cuestión. Según él, Puigdemont no es un «prófugo de la justicia», ya que está dispuesto a colaborar con la justicia a través de medios digitales.
En cuanto a los Presupuestos Generales del Estado, Junts ha adoptado una postura firme, afirmando que no negociarán hasta que se acredite el cumplimiento de los acuerdos. Turull ha señalado que en Cataluña, la ejecución de los presupuestos en los últimos tres años no ha superado el 40%, lo que refuerza su posición de desconfianza hacia el Gobierno.
A pesar de las tensiones, Turull ha descartado la posibilidad de presentar o apoyar una moción de censura contra el Gobierno. En su opinión, una moción de censura sería una «charlotada» y ha dejado claro que Junts no está dispuesto a participar en acciones que no consideren efectivas. Sin embargo, ha advertido que si la situación no mejora, el partido podría reconsiderar su apoyo al Gobierno, lo que podría llevar a un cambio significativo en el panorama político.
El líder de Junts ha criticado duramente al PSOE, acusándolo de estar más interesado en mantener el poder a cualquier costo que en cumplir con los acuerdos establecidos. Esta percepción ha alimentado la desconfianza entre Junts y el Gobierno, lo que podría dificultar cualquier intento de reconciliación en el futuro.
La situación actual plantea un desafío considerable para el Gobierno de Sánchez, que debe navegar entre las demandas de Junts y las expectativas de otros partidos y sectores de la sociedad. La presión sobre el Ejecutivo aumenta a medida que se acerca la fecha límite impuesta por Junts, lo que podría llevar a una mayor inestabilidad política si no se logran avances significativos en las negociaciones.
En resumen, la relación entre Junts y el Gobierno de Sánchez se encuentra en un punto crítico. Las exigencias de Junts, junto con la falta de cumplimiento de los acuerdos previos, han creado un ambiente de desconfianza que podría tener repercusiones significativas en el futuro político de España. A medida que se acerca la fecha límite, la presión sobre el Gobierno aumentará, y será crucial observar cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas.